Un tribunal de distrito de Moscú decidió que el noveno sospechoso del ataque contra la sala de conciertos de la semana pasada, en el que murieron más de 140 personas, debía permanecer detenido hasta el 22 de mayo en espera de juicio.
El ataque a la sala de conciertos aumentó las tensiones con Ucrania por acusaciones cruzadas. Se investiga la motivación detrás del suceso.
Un tribunal de distrito de Moscú decidió que el noveno sospechoso del ataque contra la sala de conciertos de la semana pasada, en el que murieron más de 140 personas, debía permanecer detenido hasta el 22 de mayo en espera de juicio.
Según un comunicado del tribunal del distrito de Basmanny, Lutfulloi Nazrimad, originario de Tayikistán, enfrenta cargos bajo la ley rusa de terrorismo. El tribunal aceptó la solicitud del investigador de mantenerlo en prisión preventiva hasta esa fecha.
El Comité de Investigación ruso informó que los sospechosos habían declarado que sus acciones fueron coordinadas por mensajes de voz de un hombre a través del servicio de mensajería Telegram.
"Siguiendo las instrucciones del coordinador, tras cometer el crimen, los terroristas se dirigieron en automóvil hacia la frontera ruso-ucraniana para cruzarla y llegar a Kiev y recibir la recompensa que les habían prometido", dijo el Comité de Investigación.
Se está investigando la posible implicación de representantes de los servicios especiales ucranianos en la organización y financiación del ataque, aunque Ucrania ha negado su vinculación.
El Estado Islámico reclamó la autoría del ataque, mientras que autoridades estadounidenses afirman disponer de información de inteligencia que sugiere que fue llevado a cabo por la rama afgana de la red, Estado Islámico del Jorasán (ISIS-K).
Los investigadores rusos dijeron que habían encontrado pruebas de que los atacantes de la sala de conciertos estaban vinculados a "nacionalistas ucranianos", una afirmación que Estados Unidos tachó de propaganda infundada.