Miércoles 20.5.2020
/Última actualización 15:20
Manifestantes irrumpen en el Capitolio para protestar contra el confinamiento frente al coronavirus; poco después, un barbero decide reabrir pese a las órdenes de las autoridades; mientras que en distintas partes de Texas los dueños de un bar, de una tienda de tatuajes y de otra barbería hacen lo mismo. Y todo ello con armas de fuego de por medio.
No puede decirse que este tipo de actuaciones estén ampliamente extendidas por el país, pero sí que han aumentado en las últimas semanas, y que están marcando el ritmo de algunas protestas contra las medidas de "Quédate en casa" para frenar la proliferación del COVID-19, pese a que algunos sitios ya han iniciado la desescalada.
"Se están produciendo protestas porque la gente está perdiendo todo lo que tiene. Es muy simple cuando tus opciones son o bien abrir tu negocio o perderlo porque no pagas los recibos", explica a Efe el vicepresidente de Open Carry Texas, David Amad.
Un "¡a mí las armas!" frente al confinamiento
Open Carry Texas se define como una ONG dedicada a proteger el "derecho constitucional" a portar armamento de fuego de manera "segura y legal" y ha estado involucrada en acciones contra el confinamiento, como la reapertura de un bar a principios de mes en la población de Odessa, en cuyo aparcamiento se desplegó un grupo de hombres con rifles de asalto, y que acabó con varias detenciones.
Amad cita dos motivos para este fenómeno en tiempos de coronavirus.
"Tenemos algo en este país que la mayor parte del mundo no tiene, y es el derecho a tener el equipamiento que necesitamos para luchar físicamente contra nuestro propio Gobierno. En otros países, si el Gobierno decide convertirse en una dictadura, la gente no tiene el equipo que necesita para evitar eso".
"Por tanto, en EE.UU. tenemos armas, y si el Gobierno se vuelve demasiado abusivo y corrupto, como último recurso, podemos luchar contra él, y es por eso que se están viendo las protestas armadas. Número uno, tenemos la capacidad (de portar armas) y número dos, ahora tenemos la necesidad", zanja.
Político o no político, esa es la cuestión
Sea como fuere, Michigan cuenta con una gobernadora demócrata, Gretchen Whitmer, y Texas con un republicano, Greg Abbott, aunque para enrevesar más las cosas las medidas relativas al confinamiento no es que solo dependan de los Gobierno estatales, frente al federal, que se limita a dar algunas directrices, sino también de los responsables de los condados, lo que está creando ritmos diferentes incluso dentro de un mismo estado.
De hecho, Amad sostiene que las protestas no son políticas, algo que defiende uno de los organizadores del movimiento Open Texas Grant Bynum, que está detrás de las manifestaciones contra las órdenes de quedarse en casa en ese estado, aunque asegura que no animan al uso de armas en ellas. "No creemos que sea buena idea llevarlas en las protestas".
"Tenemos a republicanos, a demócratas, tenemos muchos a libertarios e independientes también, por lo que realmente no creo que sean muy políticas. Pienso que estamos junto a la libertad y la capacidad de tener derechos humanos básicos", sentencia Bynum, quien se queja de las decisiones adoptadas en algunos condados de Texas. "Esto es como la Alemania nazi", lamenta.