El Litoral
El ex presidente catalán Carles Puigdemont recibió este miércoles la visita de su mujer, Marcela Topor, en el centro penitenciario de Neumünster, donde está recluido desde su detención el pasado 25 de marzo en el norte de Alemania.
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dpa
Ataviada con un anorak negro para hacer frente a las bajas temperaturas y acompañada del empresario catalán Josep María Matamala, que ha estado al lado del líder soberanista en todo momento desde que salió de España hace cinco meses, la esposa de Puigdemont saludó escuetamente a las personas congregadas en la puerta de la cárcel y agradeció su presencia.
Topor, que estuvo poco más de tres horas con su marido, fue agasajada la noche anterior con una cena en el Park Hotel de Neumünster por simpatizantes del independentismo catalán llegados desde distintos puntos del norte de Alemania, que le entregaron un ramo de flores.
Su esposa fue la segunda visita que recibió el político catalán después de la del vicepresidente primero del Parlamento de Cataluña, Josep Costa, que acudió a primera hora de la mañana.
El diputado de la formación Junts per Catalunya (JxCat), el partido del ex presidente catalán, manifestó su esperanza de que la Justicia alemana vea finalmente que Puigdemont es un "perseguido político".
"Seguimos pensando que es el presidente legítimo de Cataluña", declaró a las puertas del centro penitenciario. "Está bien, está fuerte y está convencido de que está aquí por una causa política", comentó tras pasar más de dos horas con él.
Durante su breve comparecencia ante los medios, Costa insistió en que Puigdemont está "determinado" a "seguir defendiendo sus ideas y seguir defendiendo aquello por lo cual los catalanes le han votado".
El político de 55 años lleva más de cinco meses fuera de España, donde está procesado por un delito de rebelión vinculado al plan con el que intentó proclamar una república independiente, causando así una crisis institucional sin precedentes todavía abierta. Esto imposibilita que sea investido legalmente como presidente a pesar de ser el primer candidato oficial de los partidos separatistas para presidir el Gobierno catalán.
Costa no quiso entrar a valorar este punto ni a explicar cómo sería posible que Puigdemont ejerciera su cargo desde Alemania y se limitó a insistir en que el objetivo es conseguir que pueda ejercer el cargo para el que cuenta con la "confianza de los ciudadanos" y la mayoría del Parlamento.
"No vamos a renunciar en ningún momento a lo que es la voluntad democrática de los ciudadanos", dijo. "Lo que es democráticamente legítimo es que siga siendo presidente", comentó al mismo tiempo que criticó las "maniobras antidemocráticas" de la Justicia española y el Gobierno español para "no respetar el resultado de las elecciones" celebradas en diciembre.
Del mismo parecer se mostró el ex ministro de Exteriores esloveno Ivo Vajgl, la última visita del día de Puigdemont, que acudió al centro penitenciario para mostrar su "solidaridad" con el líder soberanista y recordar a Alemania la importancia de velar por "los valores democráticos".
"El tema de Cataluña ya no es solo un asunto de España, porque se han violado ahí las reglas básicas de la democracia y los derechos humanos básicos de la gente que está detenida, que ha sido elegida...esto no es aceptable", declaró antes de entrar.
"Soy realmente muy muy crítico con la actitud de la mayoría de los Gobiernos europeos, también con los líderes de la Unión Europea. No entienden que es un peligro para la democracia europea si permitimos que se rebajen los estándares europeos", alertó, al mismo tiempo que apeló al sentido de responsabilidad de Alemania para evitar su entrega. "Espero que Alemania no piense ni por un momento extraditar a Puigdemont", declaró.
Su abogado en España, Jaume Alonso-Cuevillas, informó el martes a través de Twitter que están buscando una casa en Alemania para domiciliarle con el objetivo de poder solicitar una posible libertad vigilada mientras dure el proceso judicial. "El presidente no tiene todavía residencia conocida en Alemania. Trabajaremos ahora este aspecto", escribió.
Puigdemont aguarda entre rejas la decisión del Tribunal Regional Superior de Schleswig-Holstein después de que la Fiscalía General de esa región del norte de Alemania solicitara el martes su entrega a España por los delitos de rebelión y malversación y pidiera su permanencia en prisión por riesgo de fuga.
Los jueces alemanes deberán dictaminar ahora si autorizan su entrega a la Justicia española en virtud de la euroorden de detención emitida por el Tribunal Supremo de Madrid.
El ex jefe del Gobierno de Cataluña, destituido en octubre por Madrid a raíz de la escalada de su proceso independentista, fue detenido en un área de servicio del norte de Alemania cuando regresaba de Finlandia a Bélgica, el país en el que residía desde hace cinco meses tras abandonar España.