Navidad llegó con el particular caso de los diplomáticos rusos atrincherados dentro de sus autos al negarse a realizar un test de alcoholemia en el barrio porteño de Recoleta.
Sergei Baldín y Salomatin Cardmth son los hombres enviados por Rusia que se negaron a realizar el test de alcoholemia
Navidad llegó con el particular caso de los diplomáticos rusos atrincherados dentro de sus autos al negarse a realizar un test de alcoholemia en el barrio porteño de Recoleta.
Sergei Baldín, encargado comercial de la Embajada de Rusia en la Argentina, y Salomatin Cardmt, codirector de la Casa de Rusia, un espacio oficial de la representación de Moscú en Buenos Aires, argumentaron que el derecho internacional defiende su postura. Cancillería, tímidamente, avaló el reclamo de momento.
Si se lee a detalle la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas firmada el 18 de abril de 1961 y que Argentina adhiere como miembro de la Organización de la Naciones Unidas (ONU), los puntos reafirman el reclamo ruso, pero indican cierta controversia o superposición de mandatos.
El principal argumento desde el lado de los policías de la Ciudad de Buenos Aires llegaría al citar el artículo 41 de este documento: “Sin perjuicio de sus privilegios e inmunidades, todas las personas que gocen de esos privilegios e inmunidades deberán respetar las leyes y reglamentos del Estado receptor. También están obligados a no inmiscuirse en los asuntos internos de ese Estado”.
“Sin perjuicio de sus leyes y reglamentos referentes a zonas de acceso prohibido y reglamentado por razones de seguridad nacional, el Estado receptor garantizará a todos los miembros de la misión la libertad de circulación y de tránsito por su territorio”, remarca el artículo 26 en favor de las fuerzas porteñas.
Si bien no deberían haberse negado de dejar constancia del rechazo al test de alcoholemia, el artículo 29 brinda un argumento en favor de los rusos de cara a una eventual segunda instancia del incidente: “La persona del agente diplomático es inviolable. No puede ser objeto de ninguna forma de detención o arresto. El Estado receptor le tratará con el debido respeto y adoptará todas las medidas adecuadas para impedir cualquier atentado contra su persona, su libertad o su dignidad”.
Siguiendo con esa línea a futuro, no en la situación puntual del testeo, el artículo 31 indica: “El agente diplomático gozará de inmunidad de la jurisdicción penal del Estado receptor. Gozará también de inmunidad de su jurisdicción civil y administrativa”, exceptuando los casos que involucran inmuebles.
Y si bien, “el agente diplomático no está obligado a testificar”, “la inmunidad de jurisdicción de un agente diplomático en el Estado receptor no le exime de la jurisdicción del Estado acreditante”.
En el artículo 9 se puede encontrar una de las herramientas que el gobierno, en el eventual caso de que tome la postura opuesta, puede utilizar para al menos expulsar a los dos hombres: “El Estado receptor podrá, en cualquier momento y sin tener que exponer los motivos de su decisión, comunicar al Estado acreditante que el jefe u otro miembro del personal diplomático de la misión es persona non grata, o que cualquier otro miembro del personal de la misión no es aceptable”.
Lejos de lo esperado por la opinión pública, Cancillería argentina, que aún no emitió ningún comunicado oficial, intervino el accionar de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires y bajó el tono de la discusión, procediendo con la escolta hacia la Embajada y labrando un acto. Como elemento anecdótico (o no tanto), los ya afianzados operadores oficialistas de X (ex Twitter) intentaron también quitarle importancia al caso y se promovió el discurso contra la oposición por una supuesta relación en el hackeo a los sitios oficiales de Nación.
La diputada en licencia Marcela Pagano, siguió la misma línea de La Libertad Avanza y presentará una denuncia penal ante la Justicia indicando que se trató de una “grave violación” a los derechos de los funcionarios diplomáticos rusos.
Remarcando también algunos de los artículos previamente enumerados, Pagano expresó en un hilo de X que “los agentes diplomáticos y consulares se rigen por un convención internacional la cual Argentina es parte y por ende está sometida a sus derechos y a sus obligaciones”.
En julio de este año, la diputada nacional encabezó desde la Cámara baja la Primera reunión del grupo parlamentario de amistad con Rusia, junto a los legisladores Carlos Alberto Fernández y Daniel Gollan, ambos de bloques afiliados a Unión por la Patria. Un particular acuerdo.
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