Una mujer fue detenida luego del atentado de este domingo a un café de la ciudad de San Petersburgo, Rusia, donde un periodista murió y otras 32 personas resultaron heridas de gravedad.
La única víctima fue un periodista prorruso. El Comité Nacional Antiterrorista ruso estima que los servicios especiales ucranianos planificaron el hecho.
Una mujer fue detenida luego del atentado de este domingo a un café de la ciudad de San Petersburgo, Rusia, donde un periodista murió y otras 32 personas resultaron heridas de gravedad.
Teniendo en cuenta que la víctima fatal fue Maxim Fomín, un periodista prorruso, el gobierno local calificó el hecho como acto de terrorismo y la vinculó con la reacción de Ucrania a su invasión, mientras Kiev lo atribuyó a "la lucha política interna" rusa.
El incidente se dio en el Street Food Bar No. 1 del centro de la ciudad, donde la víctima fatal dictaba una pequeña charla.
Según detalles brindados por el Ministerio del Interior ruso, la potencia del estallido fue equivalente a 200 gramos de TNT.
Desde el Kremlin se movilizaron rápidamente y detuvieron a la ciudadana rusa Daria Trépova, principal sospechosa del atentado al bar, tras dictar una orden de arresto.
En base a los datos brindados por el Comité de Investigaciones del gobierno de Vladimir Putin, la detenida tiene 26 años y habría nacido el 16 de febrero de 1997.
También se publicó un fragmento en el cual Trépova confiesa haber portado una estatuilla que aparentemente contenía explosivos que tenían como objetivo al periodista corresponsal de guerra de alias Vladlén Tatarski.
El Comité Nacional Antiterrorista señaló que la supuesta atacante es partidaria activa de la ONG rusa Fondo de Navalny.
Se trata de una fundación anticorrupción creada por el abogado y político opositor Alekséi Navalni. Tal como indica su nombre, realiza un seguimiento del accionar de los altos mandos de la Federación Rusa.
La entidad fue declarada agente extranjero y prohibida en Rusia como organización extremista.
Desde el Comité Nacional Antiterrorista ruso reafirman dicha información y aseguran también que detrás de la planificación se encuentran los servicios especiales de Ucrania.
La vocera de la cancillería, Maria Zajarova, dio a entender que Rusia considera la explosión en San Petersburgo como un acto terrorista y vinculó implícitamente a Ucrania y sus aliados occidentales con el hecho.
“Hasta hace poco, Occidente combatía el extremismo y el terrorismo, marchaba unido en París en defensa de los periodistas víctimas de atentados terroristas”, afirmó Zajarova.
Agregó que “hoy habla por sí misma la falta de reacción en la Casa Blanca, Downing Street, el Palacio del Elíseo y lugares parecidos que tanto se preocupan por los periodistas y la libertad de prensa”.
La funcionaria sostuvo que “los periodistas rusos sufren constantemente las amenazas de represalia del régimen de Ucrania y sus inspiradores, que cada vez se convierten más en realidad”.
En contraparte, el vocero de la Presidencia de Ucrania, Mijailo Podoliak, afirmó que se trató de un hecho de “terrorismo doméstico” generado por “la lucha política interna” entre sectores rusos.
“Ya empezó en Rusia, las arañas se devoran unas a otras dentro del frasco, era cuestión de tiempo que el terrorismo doméstico se convirtiera en un instrumento de la lucha política interna, como el estallido de un grano maduro”, dijo Podoliak en Twitter.
El portavoz ucraniano sostuvo que se trata de “un proceso irreversible” y agregó: “Mientras, nosotros seguiremos observando”.