Así será el recorrido del funeral de Felipe de Edimburgo
Agencias Flores en honor de Felipe de Edimburgo, en Windsor.
11:42
El funeral por el duque de Edimburgo en Windsor empezará con puntualidad y precisión británicas, la última representación de una ceremonia que lleva dos décadas en planificación: este sábado 17 de abril de 2021, a las 14:40 horas, hora local (las 15:40 hora española), el féretro con los restos de Felipe de Edimburgo será introducido en un Land Rover Defender, cuyas modificaciones diseñó el propio duque, gran aficionado a la ingeniería del motor.
El plan original era llevar a Felipe, en funeral de Estado, desde el Arco de Wellington en Londres –el menos famoso pero con mejor entorno de los dos erigidos en Londres para conmemorar las Guerras Napoleónicas (el otro es Marble Arch)–, hasta la capilla de San Jorge en el recinto amurallado del castillo (la parte más importante de un complejo que ocupa unas cinco hectáreas, entre construcciones, jardines regios y otras residencias royals como Frogmore, y el propio pueblo de Windsor, nacido a la vera del castillo ancestral). Lo hará sin embargo desde una de las puertas de las estancias de Estado (1) –considerados los residenciales más bellos de la arquitectura victoriana inglesa– que dan al cuadrángulo, la gran plaza rectangular que preside ese ala del castillo de Windsor que es en sí un símbolo de la unidad de Inglaterra.
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El recorrido transcurrirá íntegramente dentro de las murallas, en una procesión que arrancará en el recinto superior, el residencial, al oeste, con la salida del féretro a las 14:40. Allí, sobre la hierba, le esperarán múltiples representantes de todos aquellos regimientos con los que el duque tuvo conexión especial en vida, ya fuera como príncipe consorte, o como militar en activo. Cinco minutos después, empezará el recorrido: liderados por la Guardia Granadera, los procesionarios saldrán del cuadrángulo, para rodear la Torre Redonda, el recordatorio de que la residencia palaciega de hoy empezó siendo un castillo de la mota, una construcción fortificada sobre una elevación de terreno. Un simple fuerte castral que fue ampliando sus dependencias y construcciones durante los siguientes diez siglos, contando el nuestro. Windsor es casi un parque temático de la Historia (arquitectónica) de Inglaterra, y los miembros de la realeza lo emplean como residencia y lugar de descanso eterno desde hace nueve y seis siglos, respectivamente.
Sin embargo, por muy ceremonial y poco populosa que sea la comitiva, Felipe no podrá obviar el saludo final de sus compañeros de armas: miembros de los ejércitos británicos flanquearán la comitiva durante los últimos minutos del trayecto, en la bajada que recorre la capilla hacia el este y hasta el claustro de la Herradura, donde se encuentra uno de los accesos a la capilla. Los Royal Marines, los Blues & Royals donde sirvió Harry, los Highlanders de infantería y los 4 Scots del Regimiento Real de Escocia reconociendo al duque de Edimburgo, los Guardias Galeses y varios representantes de la RAF y de la Marina Británica, donde sirvió Felipe, saludarán la comitiva. En ese momento, fuera del recinto, en los jardines del oeste, la artillería real disparará las salvas de homenaje; mientras las campanas de la capilla teñirán en duelo por el duque. Todo mientras los Guardias de Coldstream, los protectores de las residencias reales, forman extramuros una segunda muralla humana para que nada perturbe la procesión.
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Así, hasta que a las 14:53 llegue el Land Rover a la puerta de la capilla, y sea introducido en su interior. Será la última vez que Felipe pasee por los terrenos de Windsor. A las 15:00 se producirá el silencio, en Windsor y en la nación, durante un minuto, mientras el féretro (cubierto por la bandera con su estandarte personal, y encima una panoplia con su espada de oficial de la Marina, y su gorra de gran lord almirante de la misma) reposará en un catafalco en el centro del Coro, para dar inicio al servicio religioso.
Rodeando los restos lucirán nueve cojines que portan los emblemas, divisas y medallas más significativas del príncipe. Empezando por su insignia militar, que siempre encabezaban las seis principales condecoraciones que obtuvo en la Segunda Guerra Mundial, acompañada de la Orden del Mérito y de su medallón como Caballero Real de la Orden de la Jarretera. Su bastón de mariscal de campo, las alas de la RAF, una selección de condecoraciones de toda la Commonwealth, y sus distintivos de las órdenes de Grecia y Dinamarca, en recuerdo de su familia, que empezó siendo regia y acabó exiliada.
Incluso en ese momento, y por el protocolo anticovid, la reina Isabel II estará apartada de sus hijos y nietos (presumiblemente atendida por alguno de sus ayudantes, para no dar la doble imagen terrible del dolor y la soledad pandémica). Al terminar el servicio, el féretro será cubierto por una losa de mármol. Aunque, en realidad, un pequeño montacargas eléctrico lo hará descender hasta la cripta real, justo debajo del coro, donde ya será convenientemente colocado entre sus pares. Tras varias intervenciones de gaiteros y el coro, mientras los restos de Felipe ocupan su lugar en la cripta, cuatro corneteros de los Royal Marines harán sonar una última señal, a petición personal del príncipe: el zafarrancho de combate de la Marina Real Británica, que llama a todo el que oiga su son a acudir a sus puestos de combate.