Desde el pasado mes de enero, la reina Margarita II, con el fin de racionalizar y optimizar la monarquía, ha retirado los títulos de altezas reales a los cuatro hijos de Joaquín, su segundo hijo: Felix y Nikolai, nacidos de su unión con Alexandra Manley; y Enrik y Athena, fruto de su matrimonio con Marie Cavallier. La decisión de la reina ha generado auténticas desavenencias en el seno de la familia real danesa, hasta el punto de que incluso Nikolai, de 23 años, ha expresado en público su decepción (si bien antes lo hizo su padre): "Estamos afectados por esta decisión y por la rapidez con que se ha tomado. No entiendo por qué ha tenido que ser así". De hecho, todo sucedió en el espacio de unos pocos meses. La decisión de la monarca, anunciada en septiembre de 2022, entró en vigor el 1 de enero de 2023.
Mirá tambiénLa reina Margarita de Dinamarca les retiró el status real a cuatro de sus nietosLa reina, de 82 años, acaba de explicar por qué tenía tanta prisa en una nueva entrevista con el tabloide danés Ekstra Bladet: no quería que el peso de la "decisión", que consideraba inevitable, recayera algún día sobre los hombros de su hijo mayor Federico, el futuro rey de Dinamarca. "Para mí era muy importante que Federico no fuese quien tomara esta decisión", declaró la monarca. Y añadía: "Era mejor que fuera una anciana quien lo decidiera". A sus 82 años, Margarita II no tiene intención alguna de retirarse. Pero tiene que pensar en el futuro de la corona danesa y en que Federico ocupará algún día el trono.
El príncipe que no quería ser rey, y que tiene un pasado bastante tormentoso a sus espaldas, se casó con Mary Donaldson, la madre de sus cuatro hijos, y en los últimos años se ha enderezado hasta llegar a ser muy valorado por los daneses en la actualidad. Pero su figura sigue palideciendo en comparación con la de la querida su querida madre. Al parecer, Margarita II quiso evitarle a su hijo al menos la carga de una decisión impopular que no sólo creó una enemistad familiar, sino que también disgustó a muchos de sus súbditos.
Así, todo parece indicar que su majestad tomó la decisión y se responsabilizó de la misma por el bien de la corona. Y al hacerlo siguió un camino ya trazado por otras monarquías, como se señala en el comunicado emitido por el palacio de Amalienborg el pasado octubre. El primero en hacerlo fue Carlos Gustavo de Suecia, que en 2018 retiró el título (y tratamiento) de altezas reales a aquellos nietos excluidos de la línea sucesoria.
La reina Margarita también tiene muchos nietos: ocho para ser exactos. Demasiados para que todos ellos puedan, una vez adultos, trabajar como miembros en activo de la realeza. Así que este recorte era necesario: "Tener un título real conlleva una serie de obligaciones y tareas que en el futuro afectarán cada vez a menos miembros de la familia", explicó la monarca hace unos meses. Y añadía: “Este ajuste, que considero una garantía necesaria para el futuro de la monarquía, quiero llevarlo a cabo durante mi reinado”. Para que, como acaba de revelar, el de Federico no comience lastrado por una decisión que ha creado (y probablemente siga haciéndolo) mucho revuelo en el seno de su familia.
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