El gobierno de Reino Unido advirtió el sábado (22.01.2022) que posee informaciones fidedignas sobre maniobras de Rusia para "instalar un dirigente prorruso en Kiev", en momentos en que crecen los temores de que Moscú lance una invasión a Ucrania.
Estados Unidos dijo que la denuncia británica es "altamente preocupante", mientras Rusia reaccionó calificándola como "desinformación".
El gobierno de Reino Unido advirtió el sábado (22.01.2022) que posee informaciones fidedignas sobre maniobras de Rusia para "instalar un dirigente prorruso en Kiev", en momentos en que crecen los temores de que Moscú lance una invasión a Ucrania.
Según un comunicado del Foreign Office, los servicios de inteligencia rusos mantuvieron contacto con varios políticos ucranianos y "el exdiputado Yevhen Murayev es considerado como un dirigente potencial" de esta exrepública soviética, "aunque no el único".
La secretaria de Relaciones Exteriores, Liz Truss, citada en el comunicado, afirma que el informe revela "la magnitud de la actividad rusa destinada a desestabilizar Ucrania".
Truss insta a Rusia a iniciar una "desescalada" y a "poner fin a sus campañas de agresión y desinformación, prosiguiendo el camino de la diplomacia".
Estados Unidos reaccionó de inmediato y calificó las advertencias de Londres como "profundamente preocupantes". "Este tipo de planes son profundamente preocupantes. El pueblo ucraniano tiene el derecho soberano de determinar su propio futuro y respaldamos a nuestros socios democráticamente electos en Ucrania", dijo la vocera del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Emily Horne.
También respondió Rusia, que a través de su Ministerio ruso de Relaciones Exteriores rechazó lo que calificó como "desinformación" de Reino Unido. "Desinformación que circuló el (gobierno británico) es otra muestra de que los países de la OTAN, encabezados por naciones anglosajonas, son los que están provocando tensiones sobre Ucrania", indicó el ministerio ruso en Twitter.
Estas acusaciones se publican al día siguiente de que los jefes de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, y estadounidense, Antony Blinken, se reunieran en Ginebra para tratar de rebajar las tensiones en la frontera ruso-ucraniana y acordaran proseguir sus conversaciones "francas" la próxima semana.
Temen ataque inminente
Los países occidentales acusan a Rusia de desplegar tanques, artillería y unos 100.000 soldados en la frontera con Ucrania para preparar un ataque.
El Kremlin niega cualquier intención bélica, pero condiciona la desescalada a tratados que garanticen la no expansión de la OTAN, en particular a Ucrania, así como la retirada de la Alianza Atlántica del este de Europa. Algo que los occidentales consideran inaceptable.
El martes pasado, la Casa Blanca afirmó que el presidente ruso Vladimir Putin podría ordenar el ataque "en cualquier momento" y advirtió que occidente "no descarta ninguna opción".
En el comunicado del sábado, Truss afirmó que "cualquier incursión militar en Ucrania sería un gran error estratégico" y que esta tendría para Rusia "graves costes".
El jefe de la Armada alemana, Kay-Achim Schönbach, descalificó el escenario de una invasión rusa de Ucrania como "sinsentido". Unas declaraciones que provocaron su dimisión este mismo sábado, según anunció el Ministerio de Defensa alemán