El vicepresidente para Relaciones Interinstitucionales de la Comisión Europea, el eslovaco Maros Sefcovic, aseguró este viernes (12.06.2020) que el ministro británico de Gabinete, Michael Gove, reiteró que Reino Unido se niega a prolongar la transición tras el "brexit”, en la que se negocia cómo será la nueva relación entre Londres y Bruselas.
Sefcovic afirmó que la Unión Europea (UE) considera el rechazo dado a conocer esta jornada como "el definitivo", a poco más de dos semanas de que el 30 de junio concluya el plazo en el que Londres puede pedir la prórroga de uno o dos años, hasta final de 2021 o 2022. El período transicional se extiende hasta el 31 de diciembre de 2020, en el cual se sigue aplicando la legislación comunitaria en territorio británico.
"El canciller Gove fue muy claro, inequívoco, sobre el hecho de que Reino Unido no va a solicitar la extensión (de la transición)", declaró Sefcovic durante una rueda de prensa tras la segunda reunión del comité conjunto del club comunitario y el Reino Unido, instancia encargada de supervisar la implementación del acuerdo de retirada. "He confirmado formalmente que Reino Unido no ampliará el período de transición y ha pasado el tiempo de pedir prórrogas", escribió Gove en Twitter.
Con esta decisión, Londres dio un carpetazo a la postura de Escocia y Gales. La ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, y el jefe del Ejecutivo galés, Mark Drakeford, habían solicitado formalmente al primer ministro, Boris Johnson, que se aviniera a considerar una prolongación del período transitorio, aduciendo que sería "extraordinariamente imprudente" abandonar el mercado único en un momento tan complicado para la economía, debido a la crisis del COVID-19.
Si no hay acuerdo entre la UE y Reino Unido antes de que acabe el período de transición, las relaciones comerciales entre los dos exsocios pasarían a regirse por las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que impone aranceles a las importaciones. La reavivada amenaza de una ruptura brutal a finales de año agrava los temores sobre la economía británica, cuyo PIB se desplomó un 20,4 por ciento en abril, el primer mes completo del confinamiento impuesto el 23 de marzo contra la propagación del coronavirus.