Mientras más crece la escalada militar entre Israel y el movimiento islamista Hamas en la Franja de Gaza, las protestas, la represión y los choques violentos se multiplican en las ciudades israelíes con importante población árabe. Este viernes se instalaron definitivamente en Cisjordania, el otro territorio palestino ocupado, con diez muertos en lo que cada vez se parece más a una tercera Intifada, nombre popular de las rebeliones de los palestinos de Cisjordania y la Franja de Gaza contra Israel.
Esta nueva ola de violencia en un conflicto que tiene más de un siglo comenzó justamente con protestas y represión en Jerusalén este, uno de los tres territorios que la ONU y la mayoría del mundo reconocen como ocupado por Israel y que podría ser parte de un futuro Estado palestino en un eventual acuerdo de paz.
A diferencia de otras escaladas, la intensificación de los bombardeos israelíes hacia Gaza y de las hostilidades dirigidas por Hamas contra el sur y el centro de Israel, no cambió el foco de atención ni frenó las protestas de los palestinos dentro de Israel. Todo lo contrario. La violencia creció, las protestas y la represión se convirtieron en choques entre ciudadanos judíos y musulmanes y hasta algunos linchamientos a plena luz del día. Hubo muertos y varios heridos.
Además, medios palestinos denunciaron que una nueva marcha en Jerusalén este fue agredida con disparos por parte de colonos judíos. En este contexto, grupos de palestinos comenzaron a salir hoy a las calles en Cisjordania, en solidaridad con sus pares en Israel y en Gaza, y la respuesta de las fuerzas armadas y colonos israelíes no tardó en llegar: al menos diez jóvenes manifestantes fallecieron en la represión o por ataques de colonos, según el Ministerio de Salud de la Autoridad Nacional Palestina, citada por la cadena de noticias Al Jazeera. Otros quinientos resultaron heridos.
Según este medio qatarí, los manifestantes eran en su mayoría jóvenes que tiraban piedras, bombas molotov y otros tipos de proyectiles improvisados contra los militares israelíes.
Saqueos, incendios y cientos de detenidos
Los militares israelíes no solo controlan las entradas y salidas de Cisjordania, sino que operan puestos de seguridad en cada ruta y a las afueras de cada colonia de israelíes judíos. Además de los militares israelíes, los manifestantes enfrentaron a grupos de colonos judíos israelíes, especialmente en la región siempre tensa de Hebrón, donde un joven palestino murió de un tiro en la cabeza.
Según cifras de la organización israelí Paz Ahora, más de 3 millones de personas viven en Cisjordania, un territorio ocupado militarmente por Israel desde 1967, entre ellas más de 2,7 millones palestinos y alrededor de medio millón de colonos judíos israelíes.
Mientras la violencia se expandía por esta región también recrudecía en las ciudades con población significativa de palestinos-israelíes. Cerca de mil miembros de la policía de fronteras -una fuerza militarizada- ya fueron convocados para reforzar las ciudades del país y más de cuatrocientas personas, judías y musulmanes, han sido detenidas en los últimos tres días.
Mucha de la violencia está concentrada en las ciudades del sureste de Tel Aviv, Ramla y Lod. En la primera, un grupo de palestinos-israelíes tiraron una bomba incendiaria a dos mujeres judías mientras caminaban en la calle. Las dos lograron escapar sin heridas. En Lod, otros tres palestinos-israelíes fueron detenidos y señalados de ser sospechosos de varios saqueos e incendios de sinagogas y edificios en la ciudad.
Además, un hombre judío está grave tras recibir un disparo, en un ataque aún no esclarecido por la Policía, mientras en Jaffa, la histórica ciudad árabe vecina de Tel Aviv, un soldado israelí que hacía el servicio militar fue atacado por un grupo de palestinos-israelíes y tuvo que ser hospitalizado.
En medio de denuncias de ciudadanos y periodistas de que las fuerzas de seguridad han perdido el control en varias ciudades, el Shin Bet, el servicio de inteligencia interior israelí, aseguró en un comunicado que actuará frente "a todos los que quieran lastimas a ciudadanos israelíes, judíos o árabes, hasta que la calma vuelva a las calles del país".