La Justicia británica retiró los cargos contra dos exsoldados acusados de tres asesinatos en 1972 durante el sangriento conflicto en Irlanda del Norte, en particular la matanza del denominado "Bloody Sunday", inmortalizada después por la banda U2 en una canción de 1983. La decisión, que enfureció a las familias de las víctimas, fue tomada por la fiscalía norilandesa y se basa en una revisión de las pruebas después de que un tribunal de Belfast absolviera en mayo a otros dos veteranos por el asesinato, en 1972, de un miembro del Ejército Republicano Irlandés (IRA su sigla en inglés).
"Reconozco que estas decisiones refuerzan el dolor de las familias de las víctimas que han buscado incansablemente justicia durante casi 50 años y han sufrido muchos reveses", afirmó el fiscal Stephen Herron. La decisión se refiere a un veterano, identificado únicamente como "Soldado B", que estaba siendo procesado por el asesinato de Daniel Hegarty, de 15 años, quien en julio de 1972 recibió dos disparos en la cabeza en Derry, oficialmente denominada Londonderry.
El otro sospechoso, identificado como "Soldado F", estaba acusado de matar a dos católicos, James Wray y William McKinney, durante el "Domingo Sangriento", el 30 de enero de 1972, uno de los episodios más trágicos del conflicto en Irlanda del Norte. Ese día, trece manifestantes murieron cuando un regimiento de paracaidistas británico abrió fuego contra una multitud durante una marcha pacífica en Londonderry. Un decimocuarto civil murió cinco meses después.
Se trataba de una manifestación por los derechos de las mujeres y el arresto de sospechados de pertenecer al IRA, convocada por la Asociación por los Derechos Civiles de Irlanda del Norte (también conocida como Nicra). La matanza fue inmortalizada por la banda de rock irlandesa U2 en su éxito de 1983 "Sunday Bloody Sunday". Una investigación oficial de 2012 concluyó que la actuación de los uniformados fue "injustificada e injustificable".
Tras el anuncio de la retirada de los cargos, Mickey McKinney, hermano de William, aseguró que "esto no se terminó" y que continuaría su lucha por la justicia. "El asunto está lejos de haber terminado", afirmó. En mayo, el gobierno británico anunció un proyecto de ley que promueve una amnistía a los militares que actuaron en Irlanda del Norte durante el conflicto. El Ejecutivo y la mayoría de los partidos norirlandeses criticaron esta medida unilateral, de la que también podrían beneficiarse los grupos paramilitares protestantes-unionistas y nacionalistas-católicos.
El conflicto de Irlanda del Norte, que enfrentó durante tres décadas a republicanos católicos, partidarios de la reunificación con la vecina República de Irlanda, y unionistas protestantes, apegados a la pertenencia a la corona británica, dejó unos 3.500 muertos y terminó con el acuerdo de paz del Viernes Santo de 1998. El gobierno británico prometió legislar para evitar que se sigan juzgando los delitos cometidos por los soldados durante el conflicto, lo que para muchas víctimas equivale a una suerte de amnistía estatal.