El Gobierno de Río de Janeiro implantó desde este viernes nuevas restricciones a su población debido a la recurrente aglomeración en sus bares y playas, y prohibió la ingesta de bebidas alcohólicas a la noche en la calle.
El Gobierno de Río de Janeiro implantó desde este viernes nuevas restricciones a su población debido a la recurrente aglomeración en sus bares y playas, y prohibió la ingesta de bebidas alcohólicas a la noche en la calle.
Esto supone un duro revés para la vida nocturna del estado que parecía de regreso a la normalidad, tras la parálisis provocada por la pandemia de coronavirus que convirtió al gigante sudamericano en el segundo país más afectado del mundo detrás de Estados Unidos.
Las aglomeraciones de gente tomando cerveza, capirinhas y otros cocteles frente a los bares a la noche llevaron a las autoridades a prohibir el consumo de bebidas alcohólicas en la calle después de las 21.
La medida, adoptada por el gobernador interino, Claudio Castro, y publicada hoy en el Diario oficial, tuvo el apoyo del alcalde de la capital homónima, Marcelo Crivella, quien ya había anunciado el regreso de restricciones en bares, restaurantes y playas por las multitudes registradas en las últimas semanas.
La decisión representa un duro golpe para los bares y restaurantes de Río que obtienen sus mayores ingresos con la venta de bebidas alcohólicas que la gente acostumbra a tomar en las calles, y que apenas comenzaban a recuperarse de los estragos que dejaron los meses de confinamiento social.
Según el Sindicato de Bares y Restaurantes de Río, el cierre de los establecimientos del sector durante cerca de 100 días por el confinamiento provocó la quiebra de unos mil negocios y dejó sin empleo a 27.500 trabajadores que tenían contratos formales, la cuarta parte del total.
Desde comienzos de julio, cuando el número de muertes y contagios comenzó a disminuir, Río permitió la reapertura de restaurantes, bares y gimnasios como parte de una acelerada desescalada de las restricciones.
Al comienzo, la reactivación se dio con horario reducido y utilizando únicamente la mitad de su capacidad de atención, mesas con dos metros de separación y limpieza de todas las superficies cada dos horas, además de una prohibición de música en vivo.
Dos semanas después, el horario de atención fue ampliado hasta la una de la madrugada, pero el resto de las medidas continúa, lo que implica que el número de asistentes a este tipo de comercios será duramente reducido.
La medida incluye restricciones para las icónicas playas de Río como las de Ipanema y Copacabana, que registraron una multitud de visitantes en los últimos fines de semana, la mayoría de los cuales se dedican a tomar el sol sin los distanciamientos sugeridos ni tapabocas.
Durante los sábados, domingos y festivos no se podrán estacionar vehículos particulares en cercanías de las playas y habrá más fiscalización para evitar las aglomeraciones y fomentar el uso de tapabocas, reportaron medios locales y la agencia de noticias EFE.
Río de Janeiro supera los 230.000 casos confirmados de coronavirus y es la segunda región de Brasil con mayor número de muertes, con cerca de 17.000 fallecidos, de los cuales más de 10.000 se produjeron en la denominada "cidade maravilhosa".
Con información de Télam