Los integrantes de la legendaria banda de rock británica Rolling Stones amenzaron con demandar al presidente de EEUU, Donald Trump, si persiste en utilizar su música para entusiasmar a sus seguidores en sus actos de campaña con vistas a los comicios del 3 de noviembre próximo, en los que se juega la reelección.
La indignación de Mick Jagger, Keith Richards, Ronnie Wood y Charlie Watts estalló luego de la desafortunada manifestación de Tulsa, Oklahoma, del 20 de junio pasado que se suponía iba a convertirse el renacimiento de la campaña de Trump y fue un fiasco de pocos asistentes y alto riesgo de contagio de coronavirus en plena protesta contra el racismo, con lo que el cuarteto desea no tener nada que ver.
En esa oportunidad, para mantener la temperatura alta en la arena, el presidente decidió volver a propagar las notas de "You can't always get what you want" ("No siempre se puede obtener lo que quieres"), uno de los tantos clásico de los Stones.
Trump ordenó la difusión de la obra a pesar de la advertencia ya enviada por los abogados del grupo, después de que usara la canción durante la campaña de 2016, reseñó la agencia de noticias Ansa.
Ahora el mismo equipo de abogados se ha puesto en contacto con la agencia que trata de los derechos musicales, BMI, para bloquear de una vez por todas la explotación no autorizada de la música de la banda y envió una notificación al equipo de campaña del republicano en la que anuncian que los Stones están decididos a llevar a Trump a los tribunales si sus solicitudes se siguen ignorando.
El rechazo marca un contraste con la decisión tomada en 2012 por los integrantes de la banda que está cumpliendo 58 años de carrera, cuando Jagger habló con Barack y Michelle Obama para decirles que se sentían enormemente honrados por la invitación, antes de actuar frente a la pareja presidencial y sus invitados.
Las desavenencias del magnate repubilcano con las leyendas de la música no se circunscriben solo a los Stones.
Desde Tom Petty hasta Neil Young, muchos otros músicos le advirtieron a Trump por aprovecharse de su arte.
La familia de Petty, que murió en 2017, pidió oficialmente a la campaña del presidente: "Tom nunca habría quería que una de sus canciones se usara para una campaña de odio".
Mientras tanto, Trump, que eligió quedarse en la Casa Blanca este fin de semana en lugar de viajar a su casa en Nueva Jersey, sigue paso a paso cualquier controversia.
Algún allegado ha deslizado que está decepcionado. Con las encuestas en sus manos ahora estaría casi resignado a la idea de que la derrota en las urnas en noviembre frente al demócrata Joe Biden es mucho más probable que hace unos meses.
En sus habitaciones, medita y escribe en Twitter, volviéndose cada vez más agresivo. Insulta a Biden, a quien define como "una persona con bajo coeficiente intelectual".
También ha calificado como "gente fantástica", a algunos de sus seguidores que aparecen en un video agitando la frase de "poder blanco", justo en medio de las protestas contra el racismo que quiebra al país. También se regocija por la represión de quienes dañan monumentos históricos.
"Paré a los vándalos", aseguró este domingo al comentar sobre el arresto de algunas personas involucradas en la protesta, incluida uno de los manifestantes que intentaron derribar la estatua del ex presidente Andrew Jackson, frente a la Casa Blanca.
Pero la guerra contra los símbolos no para y en Mississippi se está preparando para un punto de inflexión histórico, eliminando de su bandera el emblema confederado.