El Litoral
Los presidentes de Rusia, Irán y Turquía decidirán el viernes en Teherán el futuro de Idlib, el último gran bastión sirio en manos de los rebeldes.
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Los presidentes de Rusia, Irán y Turquía decidirán el viernes en Teherán el futuro de Idlib, el último gran bastión sirio en manos de los rebeldes, considerado clave para la definición del enfrentamiento entre el Gobierno de Damasco y la insurgencia en la guerra en el país árabe que dura más de siete años.
Las deliberaciones de los jefes de Estado ruso, Vladimir Putin; iraní, Hassan Rohani, y turco, Recep Tayyip Erdogan, se consideran cruciales para decidir si finalmente se concreta la ofensiva terrestre que el Gobierno sirio de Bashar al Assad ha estado preparando contra la provincia situada en el noroeste del país.
La provincia está controlada por los rebeldes opositores al presidente Al Assad, dominados por el grupo Haiat Tahrir al Sham (HTS), filial de Al Qaeda y sucesor del Frente al Nusra. Allí fueron evacuados en los últimos tres años miles de rebeldes y sus familias desde distintas partes de Siria, en el marco de acuerdos alcanzados con el Gobierno tras ser derrotados.
Irán y Rusia, aliados claves de Bashar al Assad, defienden la ofensiva como una actuación contra rebeldes terroristas. Sin embargo, la ONU y numerosas voces internacionales se han alzado en los últimos días la voz para alertar de lo que podría convertirse en una gran catástrofe humanitaria porque en la región viven también unos tres millones de civiles.
Turquía, que apoya a los rebeldes, ha estado intentando impedir la ofensiva a Idlib ante el temor de que ello desate una nueva avalancha de refugiados a sus fronteras al tiempo que ha desplegado maquinaria de guerra para evitarlo. Erdogan alertó el miércoles del peligro de una masacre y consideró despiadado el plan. "Dios nos perdone, si esa zona es atacada con misiles habrá una masacre", lo citaron medios turcos.
El diario árabe "Al Hayat" informó hoy, citando círculos de la oposición siria, de un posible acuerdo entre Rusia y Turquía según el cual Ankara asumiría la tarea de combatir a las organizaciones terroristas en Idlib y recibiría un margen de tiempo para hacerlo. Pese a que Ankara apoya a los rebeldes, en los últimos meses también puso al HTS en su lista de grupos terroristas.
En torno a 1.000 personas huyeron ya de la provincia ante la temida ofensiva, informó hoy el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. La organización con sede en Londres, que informa en base a activistas sobre el terreno, aseguró que muchos empezaron a abandonar sus viviendas en la parte rural de la provincia en la noche del viernes en dirección hacia la zona rural occidental de Alepo, la región norteña de Afrin y áreas cercanas a la frontera con Turquía.
A los habitantes de la provincia les preocupa que las negociaciones entre Irán, Turquía y Rusia que comienzan mañana viernes no logren cerrarse con una solución política para la provincia, dijo el director del Observatorio, Rami Abdul Rahman.
Y es que un día antes del encuentro clave en Teherán, los preparativos con ataques aéreos para la ofensiva terrestre parecen seguir en marcha: la organización civil de rescate Cascos Blancos informó de bombardeos en Al Tamanah, en el sur de la provincia de Idlib. La organización responsabilizó a las fuerzas sirias.
El Observatorio también informó de al menos siete bombardeos aéreos rusos en la región. Ya el martes, los rusos llevaron a cabo unos 40 bombardeos en el área.
Rusia defiende la ofensiva contra Idlib, que considera un paso necesario para acabar con los terroristas en el país. "Nuestros colegas occidentales entienden que hay que liberar la región de bandidos y grupos terroristas", dijo el miércoles el viceministro de Exteriores ruso, Serguei Riabkov. Sin embargo, se han escuchado también algunas voces disidentes que piden alcanzar un acuerdo político.
Irán, anfitrión del encuentro, defiende una ofensiva contra el enclave rebelde, como dijo el pasado lunes el ministro de Exteriores Mohammad Yawad Zarif. El presidente del Parlamento iraní, Ali Lariyani, espera que mañana se tome una decisión sobre la provincia destacando los éxitos de Rusia e Irán contra "los terroristas" en los últimos tiempos.
Con la prevista ofensiva, Damasco busca un golpe que sería decisivo en su lucha contra los opositores rebeldes en el último gran bastión que queda en sus manos, tras haber conquistado otros de sus feudos como Ghuta Oriental o Daraa en los últimos meses. De tener lugar y salir exitoso, sólo una pequeña zona en el norte quedaría en poder de los rebeldes opositores, donde también hay presencia turca.
Sin embargo, Al Assad seguiría aún lejos de hacerse con el control total del país: en torno a una tercera parte del territorio, en el noreste, está en manos de los kurdos.
Con información de dpa.