Rusia registró en las últimas 24 horas 180.071 contagios de coronavirus, un leve alza con respecto a la jornada anterior, aunque las autoridades decidieron levantar las medidas de confinamiento para aquellos que contacten con un positivo.
A partir de este domingo se elimino la obligatoriedad del confinamiento para los que mantengan contacto con una persona infectada, que ya había sido reducida a una semana.
Rusia registró en las últimas 24 horas 180.071 contagios de coronavirus, un leve alza con respecto a la jornada anterior, aunque las autoridades decidieron levantar las medidas de confinamiento para aquellos que contacten con un positivo.
En cuanto a los hospitalizados, su número ascendió a 12.749, casi un 30 % menos que el sábado, según informaron este domingo las autoridades sanitarias rusas.
También disminuyó el número de muertos, ya que la covid-19 fue la causa del deceso de 661 rusos, 53 menos que en la jornada anterior.
La jefa sanitaria rusa, Anna Popova, decidió eliminar a partir de este domingo la obligatoriedad del confinamiento para los que mantengan contacto con una persona infectada, que ya había sido reducida a una semana.
El motivo es que la variante predominante ahora en Rusia, la ómicron, es doblemente más contagiosa que el virus de la gripe, pero transcurre en la mayoría de los casos sin síntomas, por lo que la cuarentena “carece de sentido”.
Popova también expresó su confianza en que el sistema inmunológico de los enfermos de ómicron les proteja de contraer la variante Delta, mucho más peligrosa.
Aunque la situación es considerada “tensa”, las autoridades sanitarias consideran que la dinámica apunta hacia una estabilización en el número de infectados por coronavirus en toda la geografía nacional.
A mediados de enero el Ayuntamiento de Moscú recomendó a los mayores de 60 años y personas con enfermedades crónicas permanecer en sus domicilios.
También pidió a las empresas que reimplanten el teletrabajo para el mayor número de trabajadores posible con el objetivo de evitar aglomeraciones en el transporte público.
Con todo, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha descartado medidas drásticas como confinamientos o paralización de sectores económicos para hacer frente a la nueva ola de contagios, que se inició a mediados de enero con el fin de las fiestas de Año Nuevo.
A principios de esta semana, Anna Popova, declaró que algunas de las restricciones ya no tenían sentido, ya que la variante ómicron se estaba propagando con demasiada rapidez. Hasta el 20% de las personas infectadas en Rusia y el 40% en Moscú no presentan síntomas.
En las últimas semanas, cada vez más regiones rusas han empezado a introducir normas para menores de 18 años, ya que según las autoridades la ola actual afecta a los niños mucho más que las anteriores. En muchos lugares, las escuelas han pasado a clases a distancia o ampliado las vacaciones de los alumnos. En San Petersburgo, la segunda ciudad más grande de Rusia, se ha prohibido de forma temporal el acceso de menores a la mayoría de espacios públicos.
Rusia no empezó a vacunar a los niños de entre 12 y 17 años hasta el mes pasado con la vacuna rusa Sputnik M, la misma fórmula que la Sputnik V pero con una dosis menor. Según reportes en medios y usuarios de medios sociales, sólo se han distribuido pequeñas cantidades de la vacuna para adolescentes.
Sólo en torno a la mitad de la población de 146 millones de personas en Rusia se han vacunado por ahora, a pesar de que el país fue uno de los primeros del mundo en lanzar vacunas contra el Covid-19.