Bombardeo a restaurante en Ucrania deja al menos 10 muertos y 60 heridos
Entre las víctimas, tres colombianos sufrieron lesiones leves, entre ellos el escritor Héctor Abad Faciolince y el excomisionado de paz Sergio Jaramillo. Se trató de un "ataque ruso en Kramatorsk", indicó la policía ucraniana en Facebook.
Bombardeo a restaurante en Ucrania deja al menos 10 muertos y 60 heridos
Miércoles 28.6.2023
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Última actualización 23:13
Al menos 10 personas murieron y más de 60 resultaron heridas en un bombardeo atribuido a Rusia contra un restaurante en Kramatorsk, en el este de Ucrania, donde tres colombianos sufrieron lesiones leves, entre ellos el escritor Héctor Abad Faciolince y el excomisionado de paz Sergio Jaramillo. "Diez personas murieron y 61 resultaron heridas por el ataque ruso en Kramatorsk", indicó la policía ucraniana en Facebook.
Tres menores figuran entre los fallecidos, y un niño nacido en 2022 entre los heridos, dijo el servicio de Emergencias de Ucrania en Telegram.
El ataque destruyó el restaurante Ria Pizza, un establecimiento popular entre soldados y periodistas y personal humanitario en Kramatorsk, el último gran centro urbano bajo control de Kiev en el este del país. Los medios ucranianos señalaron la presencia de instructores militares extranjeros en la ciudad.
Siete personas fueron halladas con vida entre los escombros gracias al trabajo de los socorristas.
Según la policía ucraniana, Rusia lanzó ayer dos misiles contra la ciudad, que tenía 150.000 habitantes antes de la guerra.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró hoy que "Rusia no ataca infraestructuras civiles, ataca instalaciones ligadas de una manera u otra a infraestructuras militares".
Mientras que el Ministerio de Defensa ruso dijo precisamente haber golpeado en Kramatorsk un "punto de despliegue temporal" de la 56ª brigada de infantería mecanizada de las fuerzas armadas ucranianas.
Por su parte, el presidente estadounidense, Joe Biden, dijo hoy que su homólogo ruso, Vladimir Putin, es un "paria" que está "perdiendo" la guerra en Ucrania, pero que es demasiado pronto para saber si se vio debilitado por la fallida rebelión del grupo Wagner.
En el ataque resultaron heridos leves tres colombianos: el excomisionado de paz Sergio Jaramillo, el novelista Héctor Abad Faciolince y la reportera Catalina Gómez, corresponsal para varios medios, informaron los dos primeros en un comunicado difundido en Twitter.
Los tres estaban cenando en el restaurante junto a la escritora ucraniana Victoria Amelina, de 37 años, que "se encuentra en estado crítico por una lesión en el cráneo, causada probablemente por los vidrios y las vigas que volaron", señala el texto.
Abad y Jaramillo habían viajado a Ucrania para "expresar la solidaridad de América Latina con el pueblo de Ucrania frente a la bárbara e ilegal invasión rusa".
Abad es un escritor de renombre internacional conocido por la novela "El olvido que seremos" y Jaramillo, político y negociador del acuerdo de paz de 2016 con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En un comunicado, la cancillería de Colombia expresó su "más enérgica condena al inaceptable ataque" en el restaurante, consignó la agencia de noticias AFP.
Además del restaurante, hubo daños en departamentos, comercios, vehículos, una oficina postal y otros edificios, según la fiscalía ucraniana.
Un cocinero cubierto de polvo, Roslan, de 32 años, indicó que en el momento del ataque "había bastante gente".
Situada al oeste de la devastada ciudad de Bajmut, escenario de la batalla más extensa y sangrienta de la guerra, Kramatorsk recibió numerosos bombardeos rusos.
El más mortífero ocurrió en la estación ferroviaria de la ciudad en abril de 2022, que dejó 61 muertos y más de 160 heridos pocas semanas después del inicio de la invasión rusa, en momentos en que muchos civiles buscaban abandonar la localidad.
Kramatorsk, una importante intersección ferroviaria, es la capital regional de facto desde que las ciudades de Donetsk y Lugansk fueron capturadas en 2014 por separatistas prorrusos apoyados por Moscú.
Mientras tanto, siguen los cruces políticos por las consecuencias que puede haber tenido la rebelión fallida del grupo ruso Wagner contra el Kremlin.
El ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, minimizó el impacto sobre el conflicto de las divisiones internas evidenciadas en Rusia por el levantamiento de Wagner y su jefe, Yevgueni Prigozhin, el pasado fin de semana.
"Por desgracia, Prigozhin se rindió muy rápidamente. No hubo tiempo para que este efecto desmoralizador penetrara en las trincheras rusas", declaró Kuleba a la cadena CNN.
El líder de Wagner llegó ayer a Bielorrusia, tal y como establecía el acuerdo que puso fin a su motín, anunció el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko.
En este sentido, el presidente polaco, Andrzej Duda, dijo durante una visita a Ucrania que la presencia de Wagner en Bielorrusia constituye una "amenaza potencial" para los países del flanco oriental de la OTAN.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, consideró que es muy temprano para sacar conclusiones del traslado de Prigozhin a Bielorrusia, pero aseguró que la alianza está lista para defender a sus miembros.
"Hemos enviado un mensaje claro a Moscú y a Minsk de que la OTAN está allí para proteger a cada aliado y cada parcela del territorio de la OTAN", sostuvo.
De acuerdo a información publicada hoy por el medio estadounidense Wall Street Journal, el plan original de Prigozhin era detener a Serguei Shoigu, ministro de Defensa ruso, y al jefe del Estado Mayor ruso, general Valeri Guerasimov, durante un viaje previsto al sur de Rusia.
Sin embargo, el servicio de seguridad nacional ruso FSB se enteró del plan y Shoigu y Guerasimov cambiaron el viaje, señala el periódico, que cita a funcionarios occidentales anónimos.
Esto obligó a Prigozhin a adelantar sus planes, y el viernes sus fuerzas se apoderaron del cuartel general de Rostov del Don, un centro logístico y de mando clave para la guerra en Ucrania, antes de iniciar una marcha hacia Moscú.
Gracias a la mediación del presidente de Bielorrusia y amigo de Prigozhin, el jefe paramilitar frenó el avance para evitar un baño de sangre.