El líder socialista se enfrenta a sus cuartas elecciones consecutivas como candidato sin garantías de cambios respecto a los comicios del 28 de abril, cuando ganó con claridad pero sin una mayoría que le permitiera gobernar en solitario.
El líder socialista se enfrenta a sus cuartas elecciones consecutivas como candidato sin garantías de cambios respecto a los comicios del 28 de abril, cuando ganó con claridad pero sin una mayoría que le permitiera gobernar en solitario.
Su única opción era pactar con los progresistas de Unidas Podemos y conseguir la abstención de los independentistas catalanes, esto último casi asegurado si lograba el primero de los objetivos. Por su parte, tanto el PP como los liberales de Ciudadanos no se abrieron ni siquiera a una abstención.
Esto parece haber cambiado seis meses después, luego de que Sánchez endureció su posición con el independentismo tras el estallido de protestas violentas en el marco de la movilización en rechazo al fallo del Tribunal Supremo que condenó a duras penas de prisión a los líderes del fallido intento de secesión de 2017.
"El Partido Socialista (PSOE) quiere construir con Cataluña la excusa perfecta para pactar con el PP", dijo Irene Montero, la número dos de Unidas Podemos en el acto de inicio de la campaña oficial.
Sin embargo, Sánchez, quien busca movilizar el voto progresista a favor del PSOE, no tardó en responder que esa puerta estaba cerrada.
"No va a haber ninguna gran coalición con el PP. Ese es el compromiso del PSOE. No vamos a pactar con un partido que pactó con la ultraderecha", subrayó hoy el líder socialista desde un acto en Vitoria, en el norteño País Vasco.
Asimismo, Sánchez insistió en su mensaje de los últimos meses, cuando pretendía forzar a Unidas Podemos a aceptar un gobierno monocolor socialista tras rechazar formar una coalición, como exigía su líder, Pablo Iglesias.
"¿Va a continuar usted bloqueando el único gobierno posible, que es del PSOE?", preguntó con un mensaje dirigido a Iglesias.
Antes de que fracasara el acuerdo con UP y se anunciara la repetición de los comicios, los sondeos mostraban un ascenso del PSOE, pero las expectativas luego se estancaron, e incluso los sondeos privados auguran un escenario muy incierto, con el bloque de derecha con posibilidades de arrebatarle el poder a los progresistas.
Existe un riesgo de desmovilización del electorado progresista potencialmente beneficiosos para la derecha, que por su parte crece al calor del conflicto secesionistas de Cataluña, el cual tiene un peso decisivo en los comicios.
Sánchez busca contener ese crecimiento en medio de una situación de inestabilidad en la norteña región, donde se produjeron movilizaciones masivas en rechazo a las penas contra los líderes del proceso secesionista de 2017 y disturbios cuyas imágenes dieron vuelta al mundo e impactaron en toda España.
Con información de Télam