Pero no lo es. Según ha desvelado este viernes la directora del Parque Arqueológico del Coliseo, Alfonsina Russo, el sarcófago hallado en el Foro Romano no se corresponde con la tumba de un personaje mitológico que seguramente nunca llegó a existir. En cambio, se trataría de un monumento funerario dedicado a él realizado en el siglo VI a.C., una época posterior al momento en los escritos identifican la fundación de Roma en siglo XVIII a.C. “Muy probablemente era un cenotafio, un lugar de la memoria, donde se celebraba a los héroes fundadores”, dijo la arqueóloga.
Tenés que leerCientíficos creen haber encontrado la tumba del mítico RómuloEl hallazgo ha sido realizado a pocos metros del que fuera el Comitium, un espacio público para la celebración de asambleas a cielo abierto en la Antigua Roma. El Lapis Niger, un antiguo santuario en el Foro Romano, es donde se constituyen los últimos restos que quedan en pie del Comitium, y según los escritores antiguos era este sitio donde Rómulo habría muerto. También lo identifican con el lugar de sepultura de otros dos personajes emblemáticos, Faustolo, padre adoptivo de Rómulo y Remo y Osto Ostilio, abuelo del rey latino Tullio Ostilio, todas figuras fuertemente relacionadas con los orígenes de Roma.
El cenotafio se encuentra en el lugar donde los escritores antiguos decían que murió el primer rey de Roma. La ubicación, por lo tanto, hace muy verosímil que el sarcófago pueda tratarse de lo que los antiguos romanos consideraban la Tumba de Rómulo, una tumba simbólica. El Parque Arqueológico remarca que no era el lugar de sepultura ya que, “según algunos autores antiguos, como Plutarco, los senadores habrían asesinado a Rómulo y desmembrado su cuerpo, mientras que otras tradiciones narran su ascensión al cielo”.
El “extraordinario descubrimiento” anunciado hace unos días por el Parque Arqueológico del Coliseo es obra de Patrizia Fortini, quien estaba reestudiando la documentación de las excavaciones de Giacomo Boni, un gran arqueólogo de finales del siglo XIX. En 1898 fue el primero en llevar a cabo un proyecto sistemático de excavaciones en el Foro Romano, y encontró al año siguiente, a pocos metros del Lapis Niger y de el Comitium, lo que describió como una caja o una bañera de 1,40 metros de longitud. Pero no le dio más importancia, de modo que se perdió la memoria de lo que hoy se identifica como un sarcófago. También su exacta ubicación.
De hecho, era hasta posible que lo que Boni encontró hubiese sido destruido cuando en los años 30 del siglo XX Alfonso Bartoli construyó una monumental escalinata de acceso. Fortini, 120 años más tarde, intuyó revisando los textos de Boni la importancia del descubrimiento, tratándose de un lugar fuertemente simbólico para la vida política de Roma. En noviembre del 2019 empezaron las excavaciones arqueológicas, desmontaron la escalera de Bartoli y encontraron intacta la cavidad que había descrito Boni hace más de un siglo.
“Roma es así. El Foro Romano se conoce, pero está tan repleto de memorias que cada vez que tratamos los monumentos encontramos algo nuevo. También porque el conocimiento avanza con las nuevas tecnologías”, ha valorado la arqueóloga Fortini. “La arqueología es una ciencia en evolución y no se frenará nunca”. El sarcófago ha vuelto a poner sobre la mesa los orígenes mitológicos de la fundación de Roma. La leyenda cuenta que Rómulo y Remo, dos gemelos abandonados y amamantados por una loba, se embarcaron en una lucha fraticida de la que surgió la ciudad de las siete colinas en el 753 a.C.
Leyenda o no, la directora Russo recuerda que “todos los mitos tienen un fundamento”. “Algo de verdad hay. Nosotros conocemos la cronología de la ciudad de Roma que les sitúa en el siglo VIII a.C. Este monumento es sucesivo y quería celebrar la memoria del fundador”, reitera. A partir del próximo mes el Parque Arqueológico proseguirá sus excavaciones y promete poner a disposición de los investigadores todos los nuevos datos que vayan emergiendo.