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El gigantesco incendio forestal que se desató hace una semana en el sur de Californía seguía hoy fuera de control y ya se ha convertido en el quinto incendio más grande en la historia reciente del estado norteamericano.
Las llamas ya han arrasado una superficie de 932 kilómetros cuadrados y destruido casi 800 edificios entre Los Angeles y Santa Barbara. Pese a una masiva operación de extinción, solo el 15 por ciento del fuego ha sido controlado hasta el momento, según informaron las autoridades californianas el lunes.
Las labores de extinción se complican por fuertes vientos y el difícil acceso a algunas áreas cubiertas de una espesa vegetación seca. Los bomberos intentan proteger las localidades costeras de Montecito y Carpinteria, donde miles de personas se vieron obligadas a abandonar sus casas el fin de semana.
El tiempo seco se mantiene y tampoco para los próximos días se prevén lluvias. El servicio meteorológico de la zona metropolitana de Los Angeles habló de uno de los días más secos de un mes de diciembre en la región.
Según un estudio publicado el lunes por las autoridades forestales, el número de árboles afectados por varios años de sequía en California es notablemente mayor de lo que se creía al principio. Desde noviembre del año pasado, de acuerdo con el estudio, han muerto otros 27 millones de árboles, en su mayoría coníferas, por lo que el total de árboles muertos en California ha alcanzado la cifra récord de 129 millones.