El Litoral
Con la prevista ofensiva contra Idlib, el Gobierno sirio de Bashar al Assad busca ahora dar un golpe decisivo contra los opositores rebeldes en el último gran bastión que queda en sus manos, situado en el noroeste del país, tras haber conquistado otros de sus feudos como Ghuta Oriental o Daraa en los últimos meses.
El Litoral
Siria lleva más de siete años inmersa en una encarnizada guerra civil con varios frentes abiertos y multitud de partes enfrentadas y potencias extranjeras implicadas.
Con la prevista ofensiva contra Idlib, el Gobierno sirio de Bashar al Assad busca ahora dar un golpe decisivo contra los opositores rebeldes en el último gran bastión que queda en sus manos, situado en el noroeste del país, tras haber conquistado otros de sus feudos como Ghuta Oriental o Daraa en los últimos meses.
Si Idlib cae en manos de las fuerzas de Al Assad, sólo una pequeña zona en el norte quedaría en poder de los rebeldes opositores, donde también hay presencia turca. Sin embargo, sigue lejos de hacerse con el control total del país: en torno a una tercera parte está en manos de los kurdos.
Estas son las fuerzas involucradas en el conflicto:
>> El Gobierno sirio, el gran vencedor de los últimos meses
Las fuerzas de Al Assad y sus aliados -Rusia, Irán y la milicia libanesa Hizbolá- controlan las grandes ciudades del país, como la capital Damasco, la antigua capital comercial Alepo y la región costera. Con el apoyo de las fuerzas rusas, han ganado territorio en los últimos meses, acabando con reductos rebeldes como Ghuta Oriental, al este de Damasco, que cayó en abril, o Daraa, la cuna de la insurgencia contra el mandatario que cayó el pasado julio. Ahora quieren lanzar un ataque definitivo contra el último gran bastión de los rebeldes: Idlib.
>> Los rebeldes, concentrados en último bastión a punto de ser atacado
Los combatientes que salieron derrotados de Daraa o Ghuta fueron enviados junto a sus familias a la provincia de Idlib, en el noroeste, en el marco de acuerdos con las fuerzas de Al Assad. En esa provincia se concentran ahora miles de esos combatientes armados, liderados por el grupo Haiat Tahrir al Sham (HTS), filial de Al Qaeda y sucesor del Frente al Nusra.
Están a punto de convertirse en objetivo de la última ofensiva terrestre que planea Damasco, junto a unos tres millones de civiles. De ser derrotados en Idlib, sólo una pequeña zona en el norte quedaría en su poder, donde también hay presencia turca.
Los rebeldes perdieron casi todo el apoyo de Occidente y en el norte dependen mucho de Turquía. Su espectro es muy amplio y abarca desde grupos moderados hasta radicales islamistas.
>> Los kurdos, en poder de en torno a un tercio del territorio sirio
Las milicias kurdas sufrieron una fuerte derrota durante una ofensiva turca lanzada el pasado 20 de enero. Turquía controla el enclave de Afrin pero los kurdos controlan una amplia franja en el noreste del país. No se descarta que tras una eventual victoria contra los rebeldes opositores, Al Assad se dirija contra ellos, como ha amenazado.
El Partido Unión Democrática (PYD) kurdo y sus combatientes de las Unidades de Protección Popular (YPG) han sido las fuerzas más efectivas sobre el terreno en la lucha contra el Estado Islámico, batalla en la que están aliados con Estados Unidos. Sin embargo, son excluidos de las negociaciones políticas por sus vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), grupo considerado terrorista por Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos.
>> El Estado Islámico, un grupo vencido que podría resurgir
La milicia terrorista sufrió graves pérdidas territoriales -la más grave con la caída de su bastión Al Raqqa en octubre del año pasado- y actualmente sólo controla una zona cerca de la frontera con Irak y pequeñas áreas en el suroeste del país, cerca de los Altos del Golán, controlados por Israel. Pero muchos expertos advierten de que el grupo podría resurgir.
>> Turquía, apoyo de los rebeldes y "enemigo" de los kurdos
Ankara es un aliado de la oposición siria, pero durante meses se centró en hacer retroceder a los kurdos en lugar de su objetivo anterior de expulsar a Al Assad. Logró importantes avances cerca de sus fronteras con la ofensiva de enero y mantiene vínculos con la provincia de Idlib. En los últimos días está intentando frenar una ofensiva contra esa provincia, que teme desencadenaría una oleada de refugiados a sus fronteras. Diversas fuentes señalan que ha desplegado maquinaria de guerra para evitar su paso.
>> Rusia, el aliado esencial de Al Assad
Moscú es el principal aliado del Gobierno de Al Assad. Desde septiembre de 2015 lleva a cabo ataques aéreos para apoyarlo y ha sido un factor determinante en su resurgimiento militar y las recientes victorias contra el EI y contra los rebeldes. Rusia defiende la ofensiva contra Idlib, que ya comenzó a preparar con decenas de ataques aéreos el pasado martes, que considera un paso necesario para acabar con los terroristas en el país. Sin embargo, se han escuchado también algunas voces disidentes que piden alcanzar un acuerdo político.
>> Irán, el socio más leal de Damasco
Teherán es el aliado más leal al Gobierno sirio. Soldados iraníes combaten junto al Ejército sirio y también la milicia chiita libanesa Hizbolá, financiada por Teherán, apoya a las fuerzas de Al Assad. El anfitrión del encuentro del viernes en Teherán, que se considera clave para el futuro de Idlib, defiende una ofensiva contra el enclave rebelde, como dijo el pasado lunes el ministro de Exteriores Mohammad Yawad Zarif.
>> Estados Unidos, poco peso en Siria y contra "matanza" en Idlib
Washington tiene un peso muy limitado en la guerra de Siria: dirigió la lucha contra el EI al frente de una coalición internacional. También apoya a los kurdos en el noroeste del país, un punto delicado en su relación con Turquía, pero no tiene mucha influencia fuera de la zona controlada por los kurdos. En los últimos días, el presidente Donald Trump ha advertido a Al Assad que no perpetre una matanza y ha advertido que si usa armas químicas, su país responderá.