La vuelta a la normalidad sin tapabocas y con pocas restricciones empieza a perfilarse en Israel, Reino Unido y Estados Unidos, solo en el puñado de países con más parte de su población vacunada contra el coronavirus en el mundo, mientras que en el resto del planeta las campañas de inmunización contra la Covid-19 continúan su lento avance ante la escasez mundial de dosis.
En Israel, líder mundial en vacunación contra el virus con más del 62% de sus habitantes inoculados con una dosis y más del 58% con ambas, la curva de contagios y muertes ha caído precipitadamente desde principios de año gracias a un fuerte confinamiento y una agresiva campaña de inmunización. Desde el pasado 18 de abril, los israelíes pueden prescindir del uso del tapabocas al aire libre y también se reabrieron colegios, comercios, sinagogas, restaurantes y bares, gimnasios, museos y bibliotecas.
Además, están autorizados los eventos deportivos y musicales con público, aunque solo para vacunados y con capacidad limitada. Si bien Israel no produce localmente las vacunas contra la Covid-19, el país de 9 millones de habitantes logró un acuerdo económico con el gigante farmacéutico estadounidense Pfizer, al que le pagó su inoculante a un precio más elevado y le cedió datos médicos de los inmunizados para poder garantizarse el envío prioritario de dosis.
Aunque a una velocidad más gradual, la normalidad pospandémica empieza también a perfilarse en el Reino Unido, el segundo país con más población vacunada en el mundo (casi el 50% con una dosis y el 19,4% con ambas), donde los contagios y decesos descendieron abruptamente gracias al confinamiento estricto y la inmunización, tras sufrir a finales de 2020 el mayor golpe epidémico vivido en Europa.
Recientemente, el país ha reabierto las escuelas, los comercios no esenciales y las terrazas de bares y restaurantes, mientras que el barbijo nunca ha sido obligatorio en exteriores y se mantiene su uso en el transporte público y en lugares públicos cerrados. El gobierno británico evalúa, asimismo, levantar la prohibición de los viajes internacionales a partir del 17 de mayo para los ingleses, aunque se deberán cumplir algunas restricciones.
A diferencia de Israel, Reino Unido sí produce localmente la vacuna que desarrollan la Universidad de Oxford y el laboratorio sueco-británico AstraZeneca, y también empezará a fabricar la de Novavax, a la vez que mantiene restricciones en la exportación de los inoculantes. Esta situación, que garantiza el suministro interno, también es similar en Estados Unidos, que produce en su territorio las vacunas de Pfizer, Moderna, AstraZeneca, Johnson&Johnson y Novavax, entre otros.
Aunque el país había iniciado lentamente su campaña de vacunación en diciembre pasado, el cambio de gobierno y la asunción del demócrata Joe Biden aceleraron el proceso, ayudado por una masiva inyección de fondos estatales y un despliegue significativo de todo tipo de profesionales de la salud, incluidos estudiantes y militares.
En la actualidad, Estados Unidos es el tercer país con más porcentaje de vacunados en el mundo, con más del 42% de su población vacunado con una dosis y casi 29% con ambas. Ante este panorama, los Centros de Prevención y Control de la Enfermedades autorizaron a los inmunizados con ambas dosis a no usar tapabocas al aire libre, salvo que estén en espacio concurridos y rodeados de desconocidos.
También podrán comer en las terrazas de los restaurantes o reunirse con pequeños grupos de amigos sin barbijo, mientras que su uso se mantiene en los grandes eventos, deportivos, culturales o lúdicos como precaución ante las nuevas variantes más contagiosas del virus. Además, la nueva normativa permite a las personas no vacunadas a prescindir de la protección al pasear, salir a correr o en bicicleta con miembros del núcleo familiar.
Sin embargo, esta relajación no la han podido replicar otros países (excepto aquellos que mantienen el cierre absoluto de sus fronteras, como Vietnam, China y otros países de Asia, o en Oceanía), porque en el resto del mundo no alcanzan las dosis para avanzar igual de rápido con la vacunación, incluso en la Unión Europea, donde sí se producen localmente algunas de las vacunas aprobadas hasta ahora.
Por eso y pese a las promesas de una pronta aceleración de la campaña de inmunización, el Centro Europeo de Control de Enfermedades pidió que se mantenga el uso de tapabocas y el estricto distanciamiento social en los espacios públicos y en las grandes reuniones, "independientemente del estado de vacunación de las personas".