Fuente: Télam
La sonda Juno de la NASA llegará esta noche a la órbita de Júpiter, el planeta más grande del sistema solar, tras cinco años de vuelo y más de 3.000 millones de kilómetros recorridos.
Fuente: Télam
Juno logró los récords de ser la primera nave impulsada por energía solar en una misión tan lejana y la primera que orbita un planeta exterior (los que están más allá del cinturón de asteroides) de polo a polo.
Juno (JupiterNear-polarOrbiter) es el primer vehículo espacial a energía solar comprometido en una misión tan lejana del sol, el primero en estudiar los polos de Júpiter y en analizar el núcleo interno. “La llegada de Juno a Júpiter significará un avance en el conocimiento en lo que respecta al origen y formación de los planetas gigantes gaseosos, y no sólo eso, sino que también proveerá información acerca de las condiciones y procesos que tuvieron lugar en el Sistema Solar cuando Júpiter se formó, hace miles de millones de años”, explicó a Télam la astrobióloga e investigadora del Conicet Ximena Abrevaya.
Miembro además del Instituto de Astronomía y Física del Espacio, Abrevaya precisó que durante la misión se medirá específicamente la composición de su atmósfera y su temperatura, además de otros factores como la cantidad de agua existente.
“También se podrá estudiar su magnetósfera, es decir la región que rodea al planeta y sirve de escudo protector contra partículas de alta energía que provienen del Sol, y medir las auroras que se forman en los polos debido a esa magnetósfera para saber cómo afecta a su atmósfera”, detalló y adelantó que los estudios servirán como modelo para entender también otros sistemas planetarios fuera del Sistema Solar.
Lanzada el 5 de agosto de 2011, está previsto que a las 22.30 EDT (23.30 de Argentina) la sonda ejecute una maniobra de inserción en la órbita de Júpiter con una reducción de velocidad de 1.950 kilómetros por hora. Una vez allí, se aproximará a las nubes superiores del planeta cada 14 días hasta culminar la misión en febrero de 2018, cuando está previsto que choque intencionadamente en la atmósfera del planeta.
La nave no tripulada, que con los paneles solares desplegados ocupa un tamaño similar al de una cancha de básquet, es la primera diseñada para operar en el corazón de los cinturones de radiación de Júpiter, la primera en llegar a 2.575 kilómetros de sus nubes superiores y la que tomará las imágenes con una resolución nunca vista del planeta gigante.
La Nasa había anunciado en su página web que el objetivo de la misión es precisamente reconstruir el origen de Júpiter, que condicionó la estructura del sistema solar, además de capturar las imágenes de las auroras polares y estudiar los estratos superiores de la atmósfera en busca de metano, vapor líquido, amoníaco y fosfina.
La sonda estadounidense será también la primera en observar lo que hay debajo de las densas nubes del planeta, por eso la misión lleva el nombre de la diosa Juno, hermana y esposa de Júpiter, que según la mitología romana podía ver a través de las nubes. Para la agencia espacial estadounidense, la misión supone un paso enorme “hacia la comprensión de cómo se formaron los planetas gigantes -situados más allá del cinturón de asteroides, es decir, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno- y el papel que jugaron en la formación del resto del sistema solar”.
Júpiter fue probablemente el primero de los planetas en formarse alrededor del sol porque contiene muchos de los mismos gases ligeros de los que está hecho el astro, como hidrógeno y helio, explicó la NASA en la extensa documentación que publicó sobre la misión. Juno demandó una inversión total de 1.300 millones de dólares y es la segunda sonda diseñada por el programa de la NASA “New Frontiers”, tras “New Horizons”, que se aproximó a Plutón en julio de 2015 después de nueve años y medio de travesía espacial.
Júpiter brilla coronado por una aurora polar, que en el pasado fue fotografiada por el telescopio Hubble. Al igual que en la Tierra, las auroras se producen por el encuentro de partículas arrojadas por el viento solar con el campo magnético del planeta. Cuando la sonda esté orbitando Júpiter, El Hubble continuará observando y midiendo las auroras mientras la sonda de la Nasa orbita el planeta gigante y desmenuza las características del viento solar.
“Las de Júpiter son las auroras más activas jamás vistas y parece casi que el planeta prepara una fiesta con fuegos artificiales para el arribo de Juno”, dijo Jonathan Nichols, responsable de la investigación y especialista de la universidad británica de Leicester.