La operación de rescate de los tripulantes del submarino especial Ocean Gate que viajó para observar de cerca los restos del mítico Titanic ha caducado técnicamente.
El regreso a superficie consta de 8 horas y la posibilidad de respirar dentro de la cabina solo se estira a poco más de una.
La operación de rescate de los tripulantes del submarino especial Ocean Gate que viajó para observar de cerca los restos del mítico Titanic ha caducado técnicamente.
A pesar de que las personas dentro de la minúscula cabina aún poseen oxígeno hasta las 8:00 (hora argentina), el tiempo necesario para emerger es mucho mayor.
El dato específico que limita aún más las posibilidades de éxito son las 8 horas estimadas que se requieren para llegar a superficie.
Si bien, se puede alcanzar durante el transcurso del día el sitio donde se encuentra y contactar de forma directa, no daría los tiempos para que los tripulantes sean rescatados con vida.
Aún no hay confirmación oficial de la situación y sólo son cifras basadas en las estimaciones de los equipos oficiales de búsqueda. Sin embargo, los plazos ya parecen ser más que milagrosos.
Un factor que complicaría aún más el procedimiento es que no hay escotilla en el interior del sumergible, lo que significa que incluso si el submarino está flotando en la superficie, no pueden salir por sus propios medios.
En caso de ocurrir el “milagro”, sería la operación de rescate oceánico más profunda de la historia.
El operativo de búsqueda del submarino tuvo una advertencia de los rescatistas, los cuales indicaron que la búsqueda es "compleja" porque el área de rastreo es de unos 26.000 kilómetros cuadrados, con una profundidad de casi 4 kilómetros.
"Es una búsqueda compleja. El área de búsqueda es dos veces el tamaño de Connecticut en la superficie, y la profundidad es de dos millas y media (alrededor de 4 kilómetros). También hay que tener en cuenta las condiciones climáticas que complican la búsqueda hora a hora", aseguró en conferencia de prensa el capitán Jamie Frederick, de la Guardia Costera estadounidense.
Con estos datos proporcionados por la Guardia Costera, la superficie de rastreo sería de alrededor de 26.000 kilómetros cuadrados, en una zona ubicada a 900 millas (1448 kilómetros) del este de Cape Cod, Estados Unidos, y a 400 millas (644 kilómetros) al sureste St John´s, Canadá.