Un vocero talibán, en representación del grupo islámico insurgente que desde el domingo pasado tomó nuevamente el poder en Afganistán después de veinticinco años (lo habían hecho en 1996 y estuvieron en el gobierno hasta 2001), anunció que el uso del burka (velo integral) no será obligatorio para las mujeres y que también podrán recibir educación de todos los niveles.
"Existen diferentes tipos de velos, el burka no es el único hiyab (velo) que puede llevarse. Existen distintos tipos de hiyab que no se limitan al burka", declaró Suhail Shaheen, vocero del buró político del grupo en Doha, capitalde Qatar. Shaheen no precisó cuáles son los otros tipos de velo que los talibanes considerarían aceptables.
Con el regreso al poder de los talibanes, que durante su anterior gobierno aplicaron una versión ultra rigurosa de la ley islámica, muchos países y organizaciones temen por la suerte de las niñas y las mujeres afganas.
Cuando dirigieron el país entre 1996 y 2001, las escuelas de niñas estaban cerradas, las mujeres no podían viajar ni trabajar y estaban obligadas a llevar en público un burka, que cubre todo el cuerpo y el rostro, con una rejilla de tela a nivel de los ojos.
Durante el lustro que duró ese gobierno, las mujeres no podían salir de sus casas sin que un varón de sus familias las acompañe. En las plazas de las ciudades y en los estadios tenían lugar además flagelaciones y ejecuciones, incluidas lapidaciones por adulterio.
"Podrán recibir una educación, desde la primaria a la universidad. Hemos anunciado esta política durante conferencias internacionales, en la conferencia de Moscú y aquí en la conferencia de Doha sobre Afganistán", explicó Shaheen. "Miles de escuelas en las zonas controladas por los talibanes" siguen abiertas, precisó.
La semana pasada, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, estimó "particularmente espantoso y desgarrador ver informes sobre cómo los derechos ganados con tanto esfuerzo por las niñas y las mujeres están siendo arrebatados en las zonas bajo el control de los talibanes".
El cambio se pudo ver de inmediato, por ejemplo, en la corresponsal internacional en Afganistán de la cadena de noticias CNN, Clarissa Ward, quien el sábado pasado se encontraba en el piso del estudio con el pelo recogido, maquillaje y ropas occidentales y tan solo 48 horas después, al día siguiente de la toma de Kabul por parte del movimiento talibán, se la vio en un móvil en las calles de la capital afgana con el cabello tapado por un velo negro y sin maquillar.