Los rebeldes, que han tomado ya 18 capitales provinciales tras la captura de Sharana, están acampados a solo 50 km de la capital afgana, mientras Estados Unidos y diversos países apuran las evacuaciones.
Los rebeldes, que han tomado ya 18 capitales provinciales tras la captura de Sharana, están acampados a solo 50 km de la capital afgana, mientras Estados Unidos y diversos países apuran las evacuaciones.
Familias desplazadas de las provincias del norte, que huyeron de sus hogares debido a los combates entre los talibanes y las fuerzas de seguridad afganas, se refugian en un parque público en Kabul.
Los talibanes estrechaban este sábado su cerco sobre Kabul, mientras desplazados por la implacable campaña rebelde inundaban la capital de Afganistán, donde soldados estadounidenses llegaron para apoyar las evacuaciones de emergencia.
Envalentonados por el inminente fin de la misión de combate de Estados Unidos en el país, los talibanes tomaron otras cuatro capitales de provincia el viernes, aumentando los temores de que pronto avancen hacia la capital, que alberga a millones de afganos. La mañana del sábado añadieron a la lista Sharana, capital de la provincia de Paktika, pacíficamente y sin "disparar una bala". "Los funcionarios han evacuado la casa del gobernador y el cuartel general de la Policía y los talibanes han entrado en la ciudad", confirmó a Efe el diputado por la provincia de Paktika en la Cámara Baja del Parlamento nacional, Khalid Asad.
Los combatientes rebeldes están acampados a solo 50 km de distancia de la capital del país, dejando a Estados Unidos y otros países en apuros para evacuar a sus nacionales en Kabul ante el temor de un asalto sin cuartel.
El personal de la embajada estadounidense recibió órdenes de destruir material sensible, mientras los soldados comenzaron a llegar para resguardar el aeropuerto y vigilar las evacuaciones. Varios países europeos como Reino Unido, Alemania, Dinamarca y España anunciaron este viernes el retiro del personal de sus respectivas embajadas.
Helicópteros iban y venían entre el aeropuerto de Kabul y la zona de la embajada estadounidense en la resguardada Zona Verde, lo que recordó la evacuación norteamericana de Saigón 46 años atrás, que marcó el fin de la Guerra de Vietnam.
La evacuación estadounidense contempla a miles de personas, incluyendo personal de la embajada, afganos y sus familias que temen sufrir represalias por trabajar para los estadounidenses.
"Claramente, por sus acciones, parece que como si estuvieran tratando de aislar Kabul", dijo en Washington, el portavoz del Pentágono, John Kirby.
Los combatientes rebeldes están acampados a solo 50 km de distancia, dejando a Estados Unidos y otros países corriendo para evacuar a sus nacionales en Kabul ante el temor de un asalto sin cuartel.
Kirby dijo que la mayoría de las tropas a cargo de la evacuación estarían instaladas para el domingo y que "podrán sacar a miles de personas por día" de Afganistán.
Además de los soldados que ya aterrizaron en Kabul, el Pentágono también estaba trasladando entre 4.500 y 5.000 soldados más a las bases de los países del Golfo y Kuwait, incluyendo 1.000 a Qatar para acelerar la tramitación de visados para los traductores afganos y sus familiares.
Para los pobladores de Kabul y decenas de miles que buscaron refugio en la ciudad, el ambiente era de confusión y temor por lo que viene.
"No sabemos lo que pasa", dijo a AFP Khairddin Logari, un poblador local.
La magnitud y rapidez del avance talibán asustó a los afganos y a la alianza internacional, que invirtió miles de millones de dólares en el país tras deponer a los talibanes después de los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Poco antes de completar el retiro estadounidense ordenado por el presidente Joe Biden, las fuerzas afganas se han ido rindiendo, entregando a los insurgentes más vehículos y equipo militar para impulsar su avance.