El buque del Instituto Español de Oceanografía Ángeles Alvariño buscará a la pequeña Anna y a su padre Tomás Gimeno en el mar hasta el próximo jueves, según anunció este lunes el delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana.
El buque lleva veinte días en las islas y debe incorporarse y cumplir los compromisos de investigación científica que tiene en otras zonas del país
El buque del Instituto Español de Oceanografía Ángeles Alvariño buscará a la pequeña Anna y a su padre Tomás Gimeno en el mar hasta el próximo jueves, según anunció este lunes el delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana.
El buque, que por primera vez se utiliza en labores de rastreo en un caso de desaparición de personas y que ha sido clave para la resolución de este crimen, lleva veinte días en las islas y debe incorporarse y cumplir los compromisos de investigación científica que tiene en otras zonas del país, según indicó el delegado.
En los próximos tres días, el buque que ya ha retomado las labores de rastreo tras la "parada técnica" del fin de semana, se empleará a fondo y sin descanso para tratar de buscar los dos cuerpos en la misma zona donde fue hallado el de Olivia, dentro de una bolsa de deporte, con una cadena, atada a un ancla y con anclajes dentro para que fuera al fondo y nunca fuera encontrada.
Fuentes próximas a la investigación llevan días advirtiendo de la dificultad de encontrar los restos de Anna después de haberse salido de la bolsa de deporte que se encontró vacía y "rota", como consta en el auto judicial, y que estaba atada al mismo ancla que sujetaba el macuto que contenía el cuerpo de Olivia. En su interior solo se hallaron los lastres que Tomás Gimeno había colocado dentro, como en el caso de Olivia, para lograr que los cuerpos de las pequeñas se sumergieran al fondo y nunca fueran hallados. Su objetivo, como bien recoge el auto judicial, causar el mayor daño a la madre y tenerla toda su vida con la incertidumbre de dónde estarían sus hijas.
El ex jefe del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, Juan Ortega Machín, explica que el cuerpo humano es difícil de detectar para el sónar si no hay nada sólido junto a él dado que el 70% es agua. "El ultrasonido lo traspasa. Es como si fuera un fantasma, no lo identifica. Tiene que haber junto a él algo sólido que rompa el entorno y genere un eco en distintas densidades", apunta. Más factibles es encontrar el cuerpo de Tomás Gimeno que supuestamente se enganchó un cinturón de ocho kilos de plomo, que no fue hallado en la embarcación, para lastrarse al fondo.
Machín cree vital para la madre de las niñas encontrar a Anna y también a Tomás Gimeno para "cerrar el círculo" y evitar posibles especulaciones a futuro sobre una posible huida y que aún continúe con vida.
Por otro lado, habrá que esperar al menos dos semanas para conocer cómo murió la pequeña Olivia. Aunque la autopsia preliminar apunta como causa de la muerte un edema agudo de pulmón se desconocen las causas que lo motivaron. Por ahora y según recoge el auto judicial, la pequeña murió de forma violenta y en la vivienda de Tomás Gimeno, en un horario que se estima entre las 20 y las 20.50 horas. Hay que esperar a los resultados de los análisis toxicológicos para saber con certeza si les administró algún medicamento para adormecerlas o incluso las asfixió antes de lanzarlas al agua.
En este sentido, el Instituto de Medicinal Legal y Ciencias Forenses (IMLCF) de Santa Cruz de Tenerife ha pedido "prudencia extrema" a la hora de realizar interpretaciones sobre la posible causa de la muerte de Olivia. "Un edema agudo de pulmón puede corresponder a multitud de causas de muerte y no permite en ningún caso aventurar hipótesis como el ahogamiento o la inhalación de tóxicos", apunta el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) en una nota de prensa, en la que advierte que aventurar hipótesis "solo sirven para generar confusión y añadir más dolor a personas que ya están sufriendo bastante".