Boris Becker reveló que lo quisieron violar en prisión
El extenista alemán cumplió condena por fraude fiscal. En una entrevista, brindó detalles de su estadía en la cárcel.
El ex tenista Boris Becker se va después de su juicio por delitos de bancarrota en Southwark Crown Court en Londres, Gran Bretaña, el 8 de abril de 2022. Foto: Reuters
18:18
Físicamente deteriorado y con las emociones a flor de piel, la leyenda del tenis Boris Becker ha hablado por primera vez tras su salida de la prisión de Huntercombe, cerca de Londres, donde pasó ocho meses por ocultar casi tres millones de euros. Sufrió amenazas de muerte y un intento de un violación. Pero también hizo amigos y, en el infierno, vivió una solidaridad que nunca olvidará.
En una entrevista exclusiva con el canal de televisión Sat 1 contó que para su 55 cumpleaños recibió tres pasteles de otros presos. "Nunca, ni siquiera en libertad, recibí un gesto tan desinteresado. Tuvieron que gastar algo de su dinero apretado y dármelo. La prisión es un mundo diferente. Allí no eres nadie, solo un número y para sobrevivir nos necesitamos los unos a los otros", constató el ex tenista.
Becker, significativamente más delgado que antes del encarcelamiento, dijo haber sentido hambre mientras estaba en prisión. "Por supuesto que perdí mucho peso. Fui a prisión con 97 kilos y ahora no llego a 90", relató Becker, que agregó que ha sido en prisión donde sintió hambre por primera vez en su vida. "Pensé que a los 54 años ya había experimentado todo, pero esto era nuevo". En prisión no bebió alcohol, no fumó y comió muy poco durante semanas o quizás meses.
Su paso por prisión fue bueno para su salud, pero le rompió emocionalmente en muchas ocasiones. Hubo una situación en octubre "con un preso que quería matarme", dijo Becker, quien pese a su posición no tuvo privilegios. Otro preso, sentenciado a 16 años de reclusión por asesinato intentó meterse en sus pantalones. "Me explicó verbalmente todo lo que iba a hacerme", relató Becker.
La estrella caída de Wimbledon pudo escapar de la violación e intento de asesinato gracias a los diez reclusos que se habían comprometido a ayudarle y protegerle.
Cuando Becker lo cuenta, se le saltan las lágrimas. Luego describe con emoción cómo llegó a una reconciliación el otro día. El hombre se tiró al suelo delante de él y le besó la mano. Boris le levantó, le abrazó y le dijo: "Le tengo un gran respeto".
No fueron las únicas lágrimas de Becker. Las primeras fueron al recordar de forma entrecortada la despedida de su actual compañera, Lilian de Carvalho Monteiro. "Mi amor, no tienes que esperarme", le dijo. Ella me miró, me abrazó. "No digas esa mierda", fue su respuesta. Boris rompe a llorar. Lilian le esperó y fue quien le acompañó a Boris a una entrevista por la que, según diversos medios, ha cobrado medio millón de euros.
"Claro que era culpable", admitió el seis veces ganador de torneos del Grand Slam. Durante su juicio había alegado ingenuidad o un error de juicio. El tribunal había criticado duramente su falta de arrepentimiento.
"Creo que he aprendido mucho en estos ocho meses y seis días en la cárcel y creo que me he convertido en un hombre mejor que antes", afirmó, otra vez con lágrimas. "Todo lo que me motiva es por mis hijos. Espero vivir feliz mi vejez en paz y libertad. Estoy contento, estoy motivado. Tengo que trabajar. No estoy tan mal por ello. Estoy agradecido de que, en realidad, todos mis socios hayan seguido conmigo y me estén dando una segunda oportunidad", declaró.
Y en esta ocasión con un control estricto de sus finanzas. "En 2012 ya tuve que pedír dinero prestado. Eso se acabó. Espero tener 25 buenos años por delante. No puedo decir dónde, pero no creo que sea en Alemania y dudo que sea en Europa, quizá en Miami. También soy un gran admirador de Dubai. Me he vuelto cuidadoso con mis declaraciones para el futuro", señaló.
Boris describe cómo se enteró durante su detención de que pronto sería libre. Le dijeron: "Tengo buenas noticias para usted, señor Becker. El 15 de diciembre se le permitirá salir de prisión en un avión privado a Alemania". "Empaqué mis pocas cosas el día anterior, regalé la mayoría, algo menos de 50 de mis libros están ahora en la biblioteca de la prisión", relató el ex tenista. La noche anterior no pudo dormir. Sólo le contó que sería liberado a un círculo de presos muy reducido.
Boris Becker abandonó la cárcel en el Reino Unido tras una exhaustivo chequeo. Fue recogido y llevado al aeropuerto, donde le esperaba el avión privado que un amigo puso a su disposición. "No he pagado el jet, no tengo dinero. Un amigo mío se ofreció a organizarme el avión privado. Le dije que no tenía por qué hacerlo. Pero él quería que lo hiciera, para que pudiera llegar a casa sano y salvo", dijo. Estudió el plan de vuelo "para no acabar en Irlanda o Escocia". El destino estaba muy claro, tenía que ser Alemania.
Aterrizó en Heidelberg. Nadie le esperaba en el aeropuerto. Allí paso su primera noche en libertad y bebió su primera cerveza de libertad, acompañando una bandeja de sushi.. "Fue la mejor cerveza de mi vida", aseguró.