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Un jubilado de 64 años, sin antecedentes, apostador de póker crónico (aunque sin problemas económicos), con una conducta que no hizo pensar a nadie que sería capaz de algo así. Su padre llegó a ser uno de los delincuentes más buscados del país.
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Stephen Paddock sorprendió a su familia, sus vecinos y a las autoridades estadounidenses cuando anoche rompió la ventana de su hotel de Las Vegas en el piso 32 y comenzó a disparar a mansalva y con un rifle automático a miles de personas que disfrutaban de un festival de música country. No tenía ni antecedentes penales ni un historial de problemas mentales o de violencia en general.
"No puedo si quiera inventar algo. Simplemente no hay nada. (...) No sabemos nada, si me dijeras que un asteroide se cayó, significaría lo mismo para mí. No tiene absolutamente ningún sentido, no hay razón por la que haya hecho esto", respondió su hermano Eric, aún shockeado, cuando la prensa le preguntó por qué su hermano había protagonizado a los 64 años el peor tiroteo masivo de la historia de Estados Unidos.
Paddock era un aficionado apostador, que jugaba fuerte en las máquinas de póker de Las Vegas y llegaba a ganar 40.000 dólares en una buena mano. Sin embargo, medios locales informaron que, según los registros públicos, Paddock no estaba tapado de deudas ni tenía grandes problemas económicos.
"¿Dónde diablos consiguió armas automáticas? Es un tipo que vivía en una casa en Mesquite y manejaba hasta Las Vegas para apostar", contó su hermano Eric desde la puerta de su casa en Orlando, Florida, según la cadena CNN, luego de destacar que sólo hablaba de vez en cuando él y, en general, a través de mensajes de texto por el celular.
Paddock vivía en una pequeña casa en un barrio cerrado para jubilados en una localidad casi de paso de Nevada, atravesada por una importante ruta que une Las Vegas con Salt Lake City. La comunidad no era de lujo, pero tenía un campo de golf, canchas de tenis y bochas. Tenía un par de armas, pero ningún rifle.
El hombre que pasará a la historia de Estados Unidos como el autor de la peor masacre del país había trabajado como contador y, según su hermano, era un multimillonario que hizo mucho dinero invirtiendo en propiedades. Sin embargo, los medios estadounidenses sólo informaron que tenía una casa de dos habitaciones y varias propiedades en Orlando que alquilaba.
"Mi hermano no es como tú o como yo, él juega al póker de altas apuestas. Me enviaba mensajes de texto diciendo que ganó 250.000 dólares en el casino", agregó Eric, quien le mostró a la Policía todo el chat que mantuvo en los últimos años con su hermano.
Paddock se casó y divorció dos veces, en 1980 y 1990, y desde hacía varios años vivía en Mesquite con su novia, Marilou Danley. Sus vecinos lo recordaron hoy como alguien retraído, pero tranquilo, según la agencia de noticias EFE. "Era como vivir al lado de nadie. Uno puede ser al menos gruñón o algo. Pero no era nada, tranquilo. Nunca salía siquiera al patio trasero, a disfrutar de la naturaleza", contó Harold Allred, un hombre que vive a sólo unas casas de Paddock. "Estaba recluido. Nunca lo conocimos", insistió.
Mientras Paddock y su hermano nunca estuvieron en el radar de la policía, su familia sí. Su padre, Benjamin Hoskins Paddock, fue condenado en 1960 por robar un banco e intentar atropellar a un oficial del FBI y seis años después se convirtió en uno de los hombres más buscados del país, cuando se escapó de una cárcel federal en Texas. Logró pasar desapercibido durante casi una década, hasta que atrajo la atención al abrir la primera sala de bingo autorizada en Oregon.
Stephen Paddock tenía siete años cuando su padre fue detenido y condenado, y no se sabe nada de la relación que mantuvieron más tarde, tanto en la cárcel, como cuando era un fugitivo. Benjamin Hoskins Paddock falleció en 1998.
A diferencia de pasados tiradores que protagonizaron ataques en Estados Unidos, Paddock no tenía ningún pasado militar ni "era un tipo ávido de jugar con las armas", según destacó su hermano Eric.