Un multimillonario británico, identificado como Hamish Harding, se encuentra entre los tripulantes del submarino de OceanGate que transportaba turistas para visitar los restos del Titanic, según confirmaron su familia y la compañía.
Se trata de Hamish Harding, presidente de Action Aviation, una empresa dedicada a la venta y operaciones en el sector de la aviación.
Un multimillonario británico, identificado como Hamish Harding, se encuentra entre los tripulantes del submarino de OceanGate que transportaba turistas para visitar los restos del Titanic, según confirmaron su familia y la compañía.
Harding, presidente de Action Aviation, una empresa dedicada a la venta y operaciones en el sector de la aviación, había anunciado en sus redes sociales su participación en la expedición como especialista de la misión en el submarino que se dirigía al Titanic. Debido a las condiciones climáticas adversas en Terranova, Harding mencionó que esta misión probablemente sería la única tripulada al Titanic en 2023.
Sin embargo, este lunes, la familia de Harding confirmó que había desaparecido en el submarino, y su hijastro pidió oraciones por su seguridad. Action Aviation también confirmó que Harding era uno de los turistas a bordo del submarino.
El submarino, que llevaba a cinco turistas, desapareció en el Atlántico, cerca del lugar del naufragio del Titanic, según informó la Guardia Costera de Boston. Varias compañías ofrecen viajes para visitar los restos del Titanic, que se encuentran a 3.800 metros de profundidad y a unos 640 kilómetros de la isla de Terranova.
OceanGate Expeditions, la compañía responsable de la expedición, emitió un comunicado confirmando que su submarino era el que había desaparecido y aseguró que estaban haciendo todo lo posible para localizar y rescatar a la tripulación.
OceanGate Expeditions es la única compañía que cuenta con un submarino llamado "Titan", capaz de llegar al fondo del océano para observar de cerca los restos del Titanic. El submarino tiene una tripulación de cinco personas y la empresa organiza viajes de siete días a un costo aproximado de 250.000 dólares para visitar los restos del famoso transatlántico.