Tomás Gimeno actuó de forma "planificada" para causar un "inhumano dolor" a su exmujer
El padre mató a las niñas en casa, las envolvió en toallas y bolsas y las arrojó al mar, apunta el auto de la juez Olivia murió a consecuencia de un edema agudo de pulmón, según la autopsia preliminar
Tomás Gimeno actuó de forma "planificada" para causar un "inhumano dolor" a su exmujer
Sábado 12.6.2021
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Última actualización 19:20
Tomás Gimeno actuó de forma “planificada y preconcebida” con el objetivo de causar un “inhumano dolor” a su exmujer y madre de las pequeñas Anna y Olivia, de uno y seis años, cuando decidió asesinarlas y lanzarlas al mar en un punto alejado y “que sabía profundo” para que nunca fueran localizadas.
Así reza en el auto del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Guímar, donde la juez apunta que Gimeno mató a las niñas en su casa de Igueste de Candelaria, las envolvió en toallas y las introdujo en bolsas de basura y a su vez éstas en las bolsas de deporte que fueron halladas el jueves a 1.000 metros de profundidad. En una de ellas estaba el cuerpo de Olivia.
El asesinato se produjo entre una hora aproximada de las 20 y las 20.50. Unos minutos antes de las ocho de la tarde Beatriz había recibido un mensaje de Tomás a través de un audio con la voz de Olivia en la que le pedía que a las 21 horas fuera a buscar unos cuadros su casa y que metiera el coche. Algo que hizo Beatriz pero, a su llegada, encontró que no había nadie.
Tras llamar a Tomas, este le dijo que se iban a comer por ahí y que después le dejaba a las pequeñas en casa. Para entonces ya estaban muertas. Un rato después, a las 21.51 la llamó para decirla que “ya estaba fuera de la isla con las niñas”. A las 21.59 le apuntó que “ya no iba a verlas más, que se iba con ellas y que iba a empezar una nueva vida”. A las 22.30 y 22.40, ya en el cuartel de la Guardia Civil, ella le vuelve a llamar y el da la misma respuesta a pesar de que llegó a intervenir un agente en la conversación
Su único fin fue provocar en Beatriz Zimmermann, su exmujer y madre de las niñas, “el mayor dolor que pudo imaginar” al colocarla “de forma deliberada” en la incertidumbre acerca del destino de las niñas, ya que en las diversas conversaciones que mantuvo la noche de la desaparición con ella le dio a entender que se había fugado con ellas y que estaban vivas.
El juzgado decidió levantar el secreto del sumario de la investigación tras dejar de tener competencia en el caso, que hasta ayer se instruía por un delito de sustracción de menores.
La juez decidió además remitir al Ministerio Fiscal el informe y ceder el caso al Juzgado de Violencia de Género de Santa Cruz de Tenerife, en vista del desenlace del caso. Tomás Gimeno está acusado ahora de tres delitos, dos de homicidio agravado tras asesinar presuntamente a sus dos hijas (aún el cuerpo de Anna no ha parecido aunque el Juzgado sostiene que corrió la misma suerte que Olivia) y otro contra la integridad moral en el ámbito de la violencia de género.
En este sentido, según recoge el auto, Beatriz Zimmerman, que empezó a salir con Tomás Gimeno desde los 15 años y del que se separó el verano pasado, fue objeto por parte de su ex pareja de un “trato vejatorio y denigrante”. A diario “le dirigía comentarios descalificativos, ofensivos y ultrajantes, en particular enfocados a menospreciarla por haber rehecho su vida con una nueva pareja, manifestándole de forma reiterada que “no toleraba que compartiera momentos con sus hijas”.
El auto revela datos hasta ahora desconocidos como que Tomás Gimeno había realizado una primera visita al puerto Marina Tenerife la tarde del 27 de abril, de apenas unos minutos para probar el motor de su embarcación mientras que Anna estaba con sus padres y Olivia en clase de tenis, entre las 17.30 y las 18.
Tomás Gimeno entrego a su actual pareja, directora del colegio donde iba Olivia, un estuche, que le dijo que no abriera hasta las 23 horas y que contenía 6.200 euros
También se sabe que Tomás, tras recoger a la pequeña en casa de Beatriz, la llevó en el coche en el 'maxicosi' que apareció flotando en el mar tras la desaparición, para recoger a Olivia en el centro educativo Centro Die Villa, al que iba de 13 a 17 horas. Allí entregó a la directora del centro, que era su pareja actual, un estuche lapicero con cinta de embalar y le dijo que no lo abriera hasta las 23 horas y que entonces le llamara. Ella lo abrió a las 17.20 y contenía 6.200 euros pero no dijo nada entonces.