El alto tráfico de embarcaciones —hasta 1.000 al día— en las costas del sur de Chile pone en peligro la supervivencia de la ballena azul, un cetáceo en peligro de extinción que tiene en estos mares un lugar preferido para su alimentación por la alta presencia de krill, diminutos peces que forman parte básica de su dieta. Biólogos de la Universidad Austral de Chile han alertado en una investigación publicada en Scientific Reports de que, debido al enorme tráfico de barcos, principalmente de la industria pesquera, hay alto riesgo de colisiones con las ballenas, lo que puede repercutir de forma negativa en una población ya de por sí diezmada.
“Si muriera una ballena azul cada dos años por causas antrópicas [actividad humana], la tasa de recuperación de la población se vería seriamente afectada y amenazada”, advierte el biólogo marino Luis Bedriñana-Romano, autor principal del trabajo.
Bedriñana-Romano y su colega Rodrigo Hucke-Gaete han dedicado casi 20 años de sus carreras a investigar las rutas que sigue la ballena azul para alimentarse y cuidar a sus crías. De hecho, Hucke-Gaete, llamado “el Señor de las ballenas”, logró reconocimiento internacional en 2003 al descubrir el lugar de alimentación de los cetáceos en el mar de la Patagonia chilena, un hallazgo importante para crear políticas públicas que ayuden a la conservación de este animal, considerado el mayor del planeta, ya que puede llegar a medir hasta 27 metros y pesar más de 100 toneladas.
Estos investigadores, en conjunto con sus colegas del Centro Ballena Azul y de la Universidad Austral de Chile, han desarrollado un sistema de monitoreo considerado pionero, que utiliza instrumentos de posicionamiento satelital aplicados a más de 20 ballenas para recibir información sobre sus desplazamientos, destinos migratorios y su comportamiento.
Con sus estudios han determinado que, en el sur de Chile, entre la ciudad de Puerto Montt y la Península de Taitao, están los lugares preferidos de las ballenas azules para alimentarse. Y es, también, una zona de alto riesgo para los cetáceos, porque se registra un tráfico diario de hasta 1.000 embarcaciones, principalmente pesqueras.
Tenés que leerEspaña: prohibieron la cacería del lobo ibérico en todo el territorio“Sabemos dónde están las ballenas, pero también sabemos que su población total es muy baja en esta zona. De hecho, según nuestras investigaciones, alcanzarían entre 200 y 700 individuos, por lo que cualquier incidente de colisión y muerte de estos animales representa una amenaza real a su conservación”, Bedriñana-Romano.
Los científicos advierten que en zonas como Puerto Montt se han registrado colisiones mortales entre embarcaciones y los cetáceos. “Observaciones de campo que hemos realizado indican que cuando las ballenas azules comen, prácticamente solo le prestan atención a esta actividad”, explica Hucke-Gaete. “Esto las hace más proclives a ser chocadas por embarcaciones y particularmente durante la noche, cuando, según otras investigaciones, las ballenas se encuentran en promedio más cerca de la superficie producto que su alimento también sube a la superficie”, agrega el científico.
Con los hallazgos de su investigación, estos científicos esperan que las autoridades puedan establecer medidas de protección para la ballena azul y así garantizar su supervivencia.