Jair Bolsonaro es el nuevo presidente de Brasil tras imponerse en la segunda ronda presidencial de este domingo y puede convertirse en un socio incómodo para América Latina.
El ultraderechista se expresó a favor del bloque que integra con Argentina, Paraguay y Uruguay aunque apuntando a un enfoque mucho más pragmático y de mercado.
Jair Bolsonaro es el nuevo presidente de Brasil tras imponerse en la segunda ronda presidencial de este domingo y puede convertirse en un socio incómodo para América Latina.
El ultraderechista del Partido Social Liberal (PSL) no mostró hasta ahora mucho interés en la política exterior. Al igual que sus planes económicos concretos, el enfoque externo de su posible Gobierno plantea aún muchas incógnitas.
"Es legítimo que cualquier presidente, inclusive los más conservadores, estén preocupados por la posible llegada de Bolsonaro a la presidencia de Brasil porque Bolsonaro representa un atraso, en todos los sentidos, para América Latina", había declarado el secretario ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), Pablo Gentilli.
El experto en política internacional apuntó que el candidato radical representa "un retroceso democrático porque sus políticas, además de sus opiniones vertidas a lo largo de 30 años de carrera, muestran su desprecio hacia la institucionalidad democrática".
Bolsonaro hizo apología de la última dictadura militar brasileña (1964-1985). "El error de la dictadura fue torturar y no matar", declaró en una ocasión en 2008.
Durante la campaña, Bolsonaro llamó a los presidentes de Argentina, Mauricio Macri, y Paraguay, Mario Abdo Benítez, y prometió hacerlo pronto con el chileno Sebastián Piñera, a quienes ve como posibles socios políticos en una eventual alianza conservadora.
Macri buscó tomar distancia del candidato, pero su canciller, Jorge Faurie, reconoció el acercamiento. "Realmente Bolsonaro tiene una preocupación por una vinculación estrecha con los países de nuestra región como Argentina, Paraguay y Chile, con una visión similar a los temas que tiene el mundo", ratificó Faurie en declaraciones al diario "Clarín" durante una visita en Londres.
En Chile, la figura de Bolsonaro no ha estado ausente en la escena política. Piñera elogió en Madrid su programa económico pero enfatizó sus diferencias con los dichos del candidato brasileño acerca de los homosexuales, las mujeres y las minorías.
La semana pasada Bolsonaro recibió la visita de Jacqueline van Rysselberghe, presidenta del partido Unión Demócrata Independendiente (UDI) chileno, de la coalición de gobierno, y otro día se reunió con el ex candidato presidencial de extrema derecha chileno José Antonio Kast. Según el diario "Folha de Sao Paulo", la dirigente chilena le hizo llegar una invitación de Piñera para que visite Santiago en caso de que triunfe en la segunda vuelta de este domingo.
Recientemente Bolsonaro se expresó a favor del Mercosur aunque apuntando a un enfoque mucho más pragmático y de mercado del bloque que integra con Argentina, Paraguay y Uruguay, en el que Venezuela se encuentra suspendido.
"El Mercosur tiene su valor, pero fue desfigurado por el PT. No abandonaremos el Mercosur, pero no será guiado por cuestiones ideológicas", señaló Bolsonaro, que no se comunicó aún con Uruguay.
"Haremos negocios con todo el mundo y, en lo que depende de mí y del Congreso, buscaremos muchas alianzas", dijo el candidato.
El secretario de CLACSO estimó que "en términos económicos va a ser realmente imprevisible la reacción de Bolsonaroporque su discurso se parece mucho al de Donald Trump, que dice que va a hacer negocios con el que más le convenga".
Gentilli consideró que podría significar una pérdida de negocios con los socios del Mercosur, además de generar inseguridad jurídica para los inversores extranjeros, en momentos en que el bloque está en las instancias finales de la negociación de un tratado de libre comercio con la Unión Europea.
"Para las naciones europeas, no se trata sólo de ganar dinero y hacer negocios con el Mercosur, se trata ambién de quién es el que está del otro lado, además de las dificultades de negociación que van a encontrar con un país manejado por una persona imprevisible", señaló el experto en política internacional.
En México en la previa ni el presidente saliente Enrique Peña Nieto ni el mandatario electo Andrés Manuel López Obrador lo mencionaron en sus apariciones públicas. México y Brasil son las economías más grandes de América Latina, pero no existe gran vínculo entre ambos países.
De la región, Bolsonaro ha vertido sobre todo fuertes críticas contra Venezuela, normalmente para atacar a su rival, Fernando Haddad, y al Partido de los Trabajadores. "No queremos ser mañana lo que Venezuela es hoy", dijo Bolsonaro tras la primera vuelta.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, decidió romper su silencio sobre el candidato ultraderechista esta semana, cuando en un encuentro con intelectuales advirtió del surgimiento de "una contrarrevolución fascista, que se ha ido con Bolsonaro al extremo del fascismo".
"Esto confirma la máxima que debe llevarnos a los líderes revolucionarios, nacionalistas, progresistas, de la izquierda latinoamericana y caribeña a no confiarnos", urgió.
El futuro de las relaciones entre Venezuela y Brasil es una incógnita, más aún en momentos en que decenas de miles de migrantes venezolanos cruzaron la frontera. Bolsonaro aseguró sin embargo esta semana que "nadie quiere hacer con una guerra con Venezuela" y negó la posibilidad de cerrar la frontera.
En tanto, el Gobierno cubano no ha realizado declaraciones respecto a Bolsonaro pero sigue en una tensa calma las elecciones en Brasil por lo que puede significar su victoria y su repercusión en las relaciones económicas, el programa "Mais Medicos" y la venta de alimentos, entre otros aspectos.
Con información de DPA