El Litoral
La medida busca que se legalice a los jóvenes inmigrantes conocidos como soñadores.
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Télam
Después de semanas de tensión, negociaciones fallidas y denuncias cruzadas, el Senado de Estados Unidos comenzó este miércoles a debatir una ley migratoria que legalice a los jóvenes inmigrantes conocidos como soñadores y el presidente Donald Trump no tardó en rechazar un nuevo acuerdo bipartidista.
"Pido a todos los senadores, de ambos partidos, que apoyen el proyecto de ley de (el legislador republicano Chuck) Grassley y se opongan a cualquier legislación que no contenga los cuatro pilares", sentenció Trump en un comunicado, citado por la agencia de noticias EFE.
El mes pasado, el presidente había anunciado que sólo aceptaría una vía legal para los llamados soñadores -los jóvenes inmigrantes que fueron beneficiados con un status provisorio por el gobierno de Barack Obama-si el proyecto de ley incluía también fondos para la expansión del muro fronterizo con México, la eliminación de una lotería que sortea visados a países con baja tasa de emigrantes al país y la creación de trabas a la reunificación familiar de los inmigrantes legales.
Este fin de semana, Grassley y otros siete senadores del ala más dura del Partido Republicano tomaron como propio el proyecto migratorio de Trump y lo presentaron hoy en el inicio del debate.
En paralelo, otro grupo de senadores oficialistas eligieron, en cambio, negociar con sus pares opositores un nuevo acuerdo migratorio. Aunque no hicieron público los detalles de su proyecto de ley, sí anunciaron que llegaron a un consenso aceptable para ambos partidos.
Uno de los que negoció este acuerdo, el senador republicano, Lindsey Graham, adelantó ante la prensa que el proyecto incluye dos de los cuatro pilares que planteó el presidente Trump: inmigración y seguridad fronteriza.
Sin embargo, Trump se apuró a dejar en claro que eso no es suficiente, llamó al oficialismo a votar por el proyecto de ley de Grassley y dejó al Senado una vez más dividido y paralizado.
"La propuesta del presidente, convertida en el proyecto de Grassley, es tan extrema en lo relativo a la inmigración legal que varios republicanos la han criticado", advirtió hoy en un discurso el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, y adelantó su voto negativo.
Los republicanos tienen una mayoría absoluta de 51 de las 100 bancas en el Senado. Sin embargo, las reglas internas de la cámara alta establecen que el debate inicial sólo se puede terminar con la aprobación de una mayoría especial de 60 votos, es decir, con el apoyo de nueve demócratas.