Trump se mostró muy satisfecho con el resultado aunque reiteró que las sanciones contra el país comunista no se levantarán hasta que las armas nucleares "dejen de ser un factor".
El presidente estadounidense, Donald Trump, cree que la paz es más difícil que la guerra. "Sólo los valientes consiguen la paz", sentenció en rueda de prensa en Singapur tras su histórica cumbre con el líder norcoreano, Kim Jong-un.
Trump se mostró muy satisfecho con el resultado aunque reiteró que las sanciones contra el país comunista no se levantarán hasta que las armas nucleares "dejen de ser un factor".
Al ser interrogado sobre las concesiones que tuvo que hacer, el político republicano aseguró: "Ninguna, salvo que, sí, accedí a reunirme".
En cambio, Estados Unidos recibió una promesa de desnuclearización, la puesta en libertad de tres rehenes estadounidenses y una suspensión de las pruebas de misiles y nucleares durante siete meses, subrayó.
También señaló que invitará a Kim a visitar la Casa Blanca, algo a lo que el dirigente norcoreano se mostró dispuesto, y agregó que él estaría abierto a ir a Pyongyang, pero dejó entrever que esto podría tardar un tiempo, ya que ocurrirá "a su debido tiempo". "Queremos avanzar un poco más en el camino".
Nunca ha habido una visita de un presidente estadounidense en activo al aislado país comunista, si bien los ex mandatarios Jimmy Carter (1994) y Bill Clinton (2009) estuvieron en Corea del Norte para llevar a cabo misiones diplomáticas. Los representantes de más alto rango que han viajado al país fueron últimamente el secretario de Estado, Mike Pompeo, para preparar la cumbre, así como en 2000 la ex secretaria de Estado Madeleine Albright, que se reunió con el padre de Kim, Kim Jong-il.
Respecto de la paz con Corea del Sur, ya que el conflicto entre las dos Coreas terminó en 1953 sólo con un armisticio, Trump confía en que podría firmarse pronto. "El estado de guerra sigue desde hace 70 años, pero pronto terminará", anunció.
"El pasado no debe definir el futuro", subrayó. El conflicto norcoreano no tiene por qué llevar a una guerra en el futuro.
"Como demuestra la historia, los adversarios pueden convertirse en amigos."
En la declaración firmada por Kim y Trump en Singapur se comprometen a trabajar por una paz "duradera y estable" en la península coreana.
El magnate aseguró asimismo que el tema de los derechos humanos se abordó durante su charla con Kim. "Se habló de ello y se seguirá hablando en el futuro", dijo, si bien reconoció que la cuestión se trató de forma más breve que el desarme.
Trump se mostró convencido de que el líder norcoreano quiere mejorar la situación en su país. "Harán algo", afirmó.
"Creo que él quiere hacerlo. Quiere hacer las cosas bien".
El país comunista lleva décadas recibiendo duras críticas a nivel internacional por sus violaciones de los derechos humanos. El Gobierno estadounidense estima que hay entre 80.000 y 120.000 personas encerradas en campos de trabajo, en algunos casos en condiciones inhumanas.
"No hay límites para lo que Corea del Norte puede lograr si abandona sus armas nucleares", añadió el presidente durante la conferencia de prensa, en referencia a los avances económicos que han tenido sus vecinos China y Corea del Sur.
Según dijo Trump, Corea del Norte ya comenzó a desmantelar una importante base de pruebas de misiles apenas después de su encuentro con Kim.
El jefe de Estado anunció además que abandonará los ejercicios militares dirigidos contra Corea del Norte, alegando que acentúan las tensiones. Esto permitirá "ahorrar una enorme cantidad de dinero".
No indicó, sin embargo, cuándo se suspenderían estas maniobras, que son una parte importante del acuerdo de seguridad de Estados Unidos con Corea del Sur. Washington tiene en la actualidad 28.500 soldados estacionados en el país aliado como elemento disuasorio de las amenazas norcoreanas.
Trump subrayó que de la cumbre en Singapur emana "un mensaje de esperanza" y una "visión de paz" para el mundo. El encuentro con Kim fue muy "sincero, directo y productivo", aseguró.
También recordó al estudiante estadounidense Otto Warmbier, que pasó 18 meses en prisión en Corea del Norte y murió poco después de ser puesto en libertad. "Sin Otto esto no habría pasado", dijo Trump, porque su caso generó un cambio que derivó en el acercamiento entre su país y Corea del Norte. "Un montón de personas empezaron a centrarse en qué es lo que estaba pasando. Otto es alguien que no murió en vano".
Warmbier, que visitaba Corea del Norte como turista, fue condenado a 15 años de trabajos forzados por robar un cartel de propaganda del hotel en el que se alojaba. Poco después de su arresto sufrió una crisis médica por causas desconocidas que las autoridades norcoreanas atribuyeron al botulismo, algo que no confirmaron los análisis posteriores en Estados Unidos. El joven quedó en coma y tras numerosas gestiones fue puesto en libertad el 12 de junio de 2017, aunque murió siete días después.
Con información de dpa.