El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se reunirá este viernes con el presidente de Estados Unidos, Joe Bien. Abordarán una serie de temas relacionados con la democracia, el medio ambiente y la paz.
Es la primera visita de Lula a la Casa Blanca y tendrá un contenido esencialmente “político”.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se reunirá este viernes con el presidente de Estados Unidos, Joe Bien. Abordarán una serie de temas relacionados con la democracia, el medio ambiente y la paz.
Según fuentes oficiales, la primera visita de Lula a la Casa Blanca en su tercer mandato, que comenzó el 1 de enero, tendrá un contenido esencialmente “político”, aunque también va a haber una vertiente comercial y otras vinculadas al medio ambiente y los derechos humanos.
La delegación está integrada por el canciller Mauro Vieira, los titulares de Medio Ambiente, Marina Silva; Hacienda, Fernando Haddad; e Igualdad Racial, Anielle Franco, así como el viceministro de Industria y Comercio, Marcio Elías Rosa.
El primer acto será un encuentro con el senador Bernie Sanders, del Partido Demócrata. Luego se reunirá con otros legisladores del partido gobernante y con un grupo de sindicalistas, tras lo cual se dirigirá a la Casa Blanca.
Uno de los principales puntos de la agenda de Lula con Biden será la “amenaza” que representa la ultraderecha radical, que ha mostrado su rostro más violento precisamente en Washington y en Brasilia.
El 6 de enero de 2021, catorce días antes de la investidura de Biden, la ultraderecha en que se respalda Donald Trump y desconocía la victoria del demócrata se lanzó contra el Capitolio.
El 8 de enero pasado, fueron los partidarios del ya ex mandatario Jair Bolsonaro quienes asaltaron los tres poderes de la Nación en Brasilia, en un intento de provocar un golpe de Estado contra Lula, quien había asumido el primer día de este año.
Lula ha percibido “notables coincidencias” entre ambos ataques y sostiene que los líderes democráticos del mundo deben unirse frente a esa ultraderecha “antidemocrática”, sobre la cual afirma que tiene tentáculos en toda América y también en Europa.
El presidente de Brasil se ha comprometido a retomar el combate a la crisis climática, abandonado durante la gestión de Bolsonaro, con especial énfasis en la reducción de la deforestación en la Amazonía, que es la mayor fuente de emisiones contaminantes de Brasil.
Afirma, sin embargo, que ese esfuerzo demanda también que el mercado de créditos de carbono acordado en el Protocolo de Kioto, que está en vigor desde 2005, sea una realidad.
“Los países ricos hablan mucho del tal crédito de carbono, pero nunca aparecen a la hora de pagar”, declaró la semana pasada.
En ese mismo marco, Lula cree que Brasil puede atraer inversiones de Estados Unidos para el desarrollo de energías renovables, para las que tiene un enorme potencial e incipientes proyectos, sobre todo en el área de hidrógeno verde.
La invasión rusa a Ucrania representa la mayor diferencia entre Lula y Biden, aunque la Casa Blanca ha dicho que el asunto será tratado con “respeto” a las posiciones “soberanas” de Brasil.
Lula no ha condenado explícitamente la invasión rusa y hasta ha sugerido que Ucrania también tiene “parte de responsabilidad” en la guerra, que comenzó hace ya casi un año.
El presidente brasileño ya le planteó al canciller germano, Olaf Scholz, la creación de un grupo de países, entre los que citó a la propia Alemania, a Francia y Estados Unidos, así como a Brasil, la India y China, para intentar una suerte de mediación.
Scholz evitó comentar esa propuesta y la ministra de Exteriores de Francia, Catherine Colonna, tampoco mostró mucho entusiasmo.
Según dijo la ministra gala esta semana en Brasilia, en este conflicto existen “un agresor y un agredido” y “no se puede poner a los dos países en un plano de igualdad”.