El gobierno de Estados Unidos parecía casi seguro que entraría en un cierre parcial el domingo, ya que los republicanos de la Cámara de Representantes y los demócratas del Senado mantuvieron cursos marcadamente diferentes sobre la financiación.
Demócratas y republicanos mantienen diferencias y cientos de miles de empleados federales podrían quedar sin los fondos necesarios para realizar sus trabajos.
El gobierno de Estados Unidos parecía casi seguro que entraría en un cierre parcial el domingo, ya que los republicanos de la Cámara de Representantes y los demócratas del Senado mantuvieron cursos marcadamente diferentes sobre la financiación.
El Senado, de mayoría demócrata, planeaba otra votación de procedimiento sobre un proyecto de ley provisional para financiar el gobierno hasta el 17 de noviembre, que ha estado avanzando con un amplio apoyo bipartidista, y que la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, ha rechazado hasta ahora.
Los legisladores republicanos de la Cámara de Representantes bloquearon el viernes el proyecto de ley provisional de su propio partido, conocido como "resolución continua" o CR (por sus siglas en inglés).
Ese proyecto incluía múltiples adiciones políticas conservadoras a las que se oponían los demócratas, y no tenía ninguna posibilidad de obtener el apoyo del Senado que necesitaría para convertirse en ley.
Las luchas internas entre los republicanos, que controlan la Cámara de Representantes por un margen de 221-212, han llevado a Estados Unidos al borde de su cuarto cierre parcial en una década, ya que la cámara ha sido incapaz de aprobar una ley que mantenga abierto el gobierno más allá del inicio del año fiscal el 1 de octubre.
Cientos de miles de empleados federales carecerán de los fondos necesarios para realizar su trabajo si las dos cámaras no envían una ley de gastos para que el presidente demócrata Joe Biden la firme antes de las 12.01 horas (0401 GMT) del domingo.
Las agencias federales ya han elaborado planes detallados que especifican qué servicios deben continuar, como los controles aeroportuarios y las patrullas fronterizas, y cuáles deben cerrarse, como la investigación científica y la ayuda nutricional a 7 millones de madres pobres.
La mayoría de los más de 4 millones de empleados del Gobierno no cobrarían, trabajasen o no.
Los republicanos de la Cámara de Representantes, que salieron de una reunión a puerta cerrada del partido el sábado, sostuvieron que esperaban votar a favor de unas medidas que garantizarían que los miembros del ejército, la seguridad fronteriza y la Administración Federal de Aviación cobraran durante el cierre.
Estas medidas sólo entrarían en vigor si el Senado las aprueba y Biden las convierte en ley. "Votaremos para mantener a nuestras tropas pagadas y plenamente operativas", señaló el representante Darrell Issa. Algunos republicanos de línea dura manifestaron que un cierre valía la pena para lograr sus objetivos.
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