El mandatario electo era esperado este martes en Washington, donde unos 25.000 miembros de la Guardia Nacional han sido desplegados para garantizar la seguridad durante su asunción, más del doble de los solicitados en ceremonias pasadas.
La ceremonia de traspaso presidencial se realizará este miércoles 20 de enero, en medio de un clima signado por la pandemia, la tensión social y la ausencia del presidente saliente, Donald Trump
El mandatario electo era esperado este martes en Washington, donde unos 25.000 miembros de la Guardia Nacional han sido desplegados para garantizar la seguridad durante su asunción, más del doble de los solicitados en ceremonias pasadas.
Biden tenía previsto llegar en tren a la capital desde su ciudad de residencia en Delaware, tal como hizo a diario cuando era senador, pero tuvo que descartar esa opción por las advertencias de seguridad de las agencias federales. En un breve discurso antes de partir, el mandatario electo se despidió este martes de su estado con lágrimas en los ojos: “Me siento verdaderamente honrado de ser su próximo presidente y siempre seré un hijo orgulloso de Delaware”.
Biden pasará la noche en la Casa Blair, la residencia oficial para los invitados del presidente de Estados Unidos, uno de los pocos gestos a los que accedió el mandatario saliente, Donald Trump, quien no tiene previsto invitar a su sucesor a tomar el té a la Casa Blanca, como se acostumbra, ni tampoco asistirá a la ceremonia de investidura. En cambio, el vicepresidente saliente, Mike Pence, quien se distanció de Trump por el asalto al Capitolio, publicó este martes en su agenda oficial que el miércoles a las 11:00 asistirá junto con su esposa a la ceremonia inaugural de la asunción de Biden.
El futuro presidente, un católico practicante que ganó las elecciones con la promesa de "reconciliar" al país, empezará el miércoles su jornada con una misa en la catedral de San Mateo, a la que también invitó a los líderes del Congreso, tanto demócratas como republicanos. Poco antes del mediodía, comenzará la ceremonia de investidura en las escalinatas del Capitolio, una tradición a la que Biden se quiso aferrar, pese a que su equipo barajó hacerlo en el interior del Congreso.
No obstante, este año los estadounidenses no podrán seguir en directo la asunción desde la gran explanada del National Mall, que une el monumento a Lincoln con el Capitolio, ya que ha sido cerrada al público ante la escalada de amenazas. En consecuencia, los organizadores instalaron casi 200.000 banderas de los estados en representación de quienes no podrán presenciar el acto. También el número de invitados a la jura será limitado: además de los congresistas y los miembros del Gobierno, estarán presentes los expresidentes Barack Obama, George W. Bush y Bill Clinton, acompañados de sus esposas, y el vicepresidente saliente Mike Pence. Biden tomará su juramento con una biblia que ha estado en poder de su familia desde finales del siglo XIX y Leo O’Donovan, un sacerdote jesuita conocido del mandatario, estará a cargo de la oración inaugural.
En tanto, los honores a la bandera corresponderán a Andrea Hall, una jefa de bomberos de la ciudad de South Fulton (Georgia), y la popular cantante Lady Gaga entonará el himno nacional. Tras su interpretación, la poeta Amanda Gorman, una joven autora afroestadounidense cuya obra abarca el feminismo y la discriminación racial, leerá un poema dirigido a abrir “un nuevo capítulo de dignidad, integridad, esperanza y unidad en Estados Unidos”, señalaron medios locales. La cantante Jennifer López y la estrella del country Garth Brooks se ocuparán de las actuaciones musicales.
Al concluir la ceremonia, Biden hará la habitual inspección de tropas como nuevo comandante en jefe del país, pero la tradicional procesión hasta la Casa Blanca será reemplazada por un " desfile virtual" en el que participarán personas de todo el país, según precisaron los organizadores. Tampoco se celebrará este año el baile inaugural, ya que el centro de convenciones donde solía hacerse ha sido reconvertido en un hospital de campaña para atender el brote de Covid-19. Al igual que el desfile, el baile fue reemplazado por un evento virtual: un especial televisivo de 90 minutos que será presentado por el actor Tom Hanks, donde participarán numerosas celebridades y habrá actuaciones musicales de Justin Timberlake, Bruce Springsteen, Bon Jovi y Demi Lovato, entre otros artistas.
El programa será transmitido por las grandes cadenas de televisión del país y en las redes sociales como YouTube, Facebook, Twitter y Twitch, indicó el equipo de transición de Biden.
Cinco claves
La toma de posesión
Aunque muchos de los eventos serán virtuales, Maju Varghese, el director ejecutivo del Comité de Toma de Posesión Presidencial, dijo que el objetivo es una “celebración incluyente y accesible que una a los estadounidenses y unifique a nuestra nación, en especial durante un momento tan difícil para nuestro país”. Biden será juramentado por el presidente de la Corte Suprema, John G. Roberts Jr,. en el Frente Oeste del Capitolio antes del mediodía. Se espera que el nuevo presidente dé su discurso inaugural y pase revista a las tropas militares, como es tradición.
Pero en lugar del desfile que recorre la Avenida Pennsylvania frente a espectadores que vitorean mientras el nuevo presidente, la vicepresidenta y sus familias se dirigen a la Casa Blanca, habrá una escolta oficial con representantes de todas las ramas del ejército a lo largo de una cuadra de la ciudad. Para los espectadores remotos, el comité inaugural ha planeado lo que llama un desfile virtual por todo el país con música, poetas y bailarines “que rindan homenaje a los héroes de Estados Unidos en las primeras líneas de la pandemia”.
A las 5:30 p.m. del 19 de enero, la noche antes de que Biden preste juramento, el comité celebrará una ceremonia de iluminación alrededor de la piscina reflectante del Memorial de Lincoln en memoria de las personas que han perdido sus vidas en la pandemia del coronavirus en Estados Unidos. También habrá un evento televisivo en horario de máxima audiencia el 20 de enero con la participación de celebridades como Tom Hanks, Justin Timberlake y Jon Bon Jovi que tiene como objetivo “mostrar la resistencia, el heroísmo y el compromiso unificado del pueblo estadounidense de unirse como nación para sanar y reconstruir”.
Seguridad
Durante semanas, Washington se ha preparado para la posibilidad de que haya manifestantes. Pero la capital de la nación fue puesta en alerta máxima después de que una turba violenta irrumpió en el edificio del Capitolio el miércoles 6 de enero y obligó a los legisladores a detener el conteo oficial de los votos del Colegio Electoral que se celebraba para confirmar la victoria de Biden.
La alcaldesa Muriel E. Bowser ha advertido que los extremistas que apoyan a Donald Trump podrían seguir causando estragos y ha extendido la emergencia pública de la ciudad hasta el 21 de enero. El FBI y el Servicio Secreto han incrementado los esfuerzos de seguridad en torno a la ceremonia de posesión. Los expertos han advertido que algunos grupos extremistas de extrema derecha ya están discutiendo un asalto para ese día similar al mortal ataque al Capitolio.
Los disturbios en el día de la toma de posesión tienen precedentes: durante la de Trump en 2017, multitudes en Washington dañaron fachadas de tiendas, lanzaron piedras y ladrillos a los agentes de policía y prendieron fuego a una limusina en protesta por la elección de Trump. El día terminó con más de 200 arrestos.
Traspaso presidencial
El presidente Trump anunció el viernes que no asistirá a la toma de posesión de Biden. Biden, por su parte, dijo que la decisión era “una de las pocas cosas en las que él y yo hemos estado de acuerdo”. Aún así, es una gran ruptura con la tradición que un presidente no asista a la ceremonia en el corazón de la democracia del país: la transferencia pacífica del poder. El vicepresidente Mike Pence asistirá, dijo un asesor el sábado, después de que Biden dejase claro el viernes que era bienvenido.
Solo tres presidentes han faltado a la juramentación de su sucesor: John Adams en 1801, su hijo John Quincy Adams en 1829 y Andrew Johnson, un demócrata que se perdió la toma de posesión de 1869 después de ser reemplazado por un republicano, Ulysses S. Grant.
Asistencias (y ausencias)
George W. Bush, ha confirmado que viajará a Washington para el día de la toma de posesión, junto con la ex primera dama Laura Bush. También se espera que asistan Barack Obama y Bill Clinton, junto con las exprimeras damas Michelle Obama y Hillary Clinton. Jimmy Carter, que a sus 96 años es el expresidente vivo de mayor edad, anunció que él y su esposa no asistirán. Será la primera toma de posesión presidencial a la que Carter falta desde que prestó juramento.
Tradicionalmente, el Comité Conjunto del Congreso para las Ceremonias de Toma de Posesión distribuía cientos de miles de entradas para la ceremonia de juramento para que los miembros del Congreso invitasen a sus electores, pero este año las entradas no están disponibles para el público. Los organizadores instan a la gente a que se quede en casa y participe en los actos virtuales de la ceremonia para evitar grandes multitudes que podrían propagar fácilmente el coronavirus. Los eventos serán transmitidos en vivo por el Comité de Toma de Posesión Presidencial y por The New York Times.
Importancia "simbolica"
La Vigésima Enmienda de la Constitución requiere que el mandato de cada presidente y vicepresidente electo comience al mediodía del 20 de enero del año siguiente a la elección. Todos los presidentes ha hecho el juramento, y no se puede asumir el cargo sin juramentar. Simbólicamente, el evento marca la transferencia pacífica del poder del presidente actual al siguiente. El día de la toma de posesión será aún más importante este año, ya que Biden llega a la presidencia en un momento en que la división política ha amenazado las instituciones democráticas de la nación y su predecesor ha hecho todo lo posible por mantenerse en el poder.
La toma de posesión es también una notable oportunidad para recaudar fondos para el presidente entrante. Aunque los eventos tradicionales como los bailes han sido cancelados, el comité inaugural de Biden ofrece una “participación VIP” especial a las corporaciones y a los individuos adinerados que pueden usar la oportunidad para ganarse el favor del nuevo gobierno. El sobrante de donaciones no puede transferirse a las campañas federales o a los comités de los partidos. Los comités inaugurales anteriores han donado los fondos que no gastaron a organizaciones benéficas de ayuda en caso de desastre, así como a grupos dedicados al ornato y mantenimiento de la Casa Blanca y la residencia vicepresidencial.