El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, acusó hoy a Rusia de "chantaje" por su reciente retirada del acuerdo para exportación de cereales ucranianos por el mar Negro y aseguró que "el hambre no debe convertirse en arma de guerra".
"Cada miembro de este Consejo, cada miembro de Naciones Unidas, debería decir a Moscú basta, basta de usar el mar Negro como chantaje", dijo Blinken ante el Consejo de Seguridad de la ONU, presidido este mes por Estados Unidos.
El secretario de Estado, que preside una reunión sobre inseguridad alimentaria en la sede de la ONU en Nueva York, acusó a Rusia de provocar un "asalto" al sistema alimentario mundial a raíz de la invasión a Ucrania y de su retirada en julio del acuerdo de granos que permitió la exportación de cereales ucranianos durante el último año.
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El Kremlin rechazó prolongar el acuerdo, lo que está repercutiendo en los precios de los alimentos, que afecta sobre todo a los países más desfavorecidos.
"Basta de utilizar a la población más vulnerable del planeta. Basta de esta guerra injustificada y desmedida", sentenció el funcionario, citado por la agencia de noticias AFP.
El acuerdo, firmado en julio de 2022 y mediado por la ONU y Turquía, permitió a Ucrania, uno de los principales productores de cereales, exportar grano a través de sus puertos del mar Negro de manera segura pese a la guerra.
El pacto, extendido varias veces, era considerado vital para evitar una crisis alimentaria en países pobres que dependen de los cereales ucranianos, especialmente de África.
El 17 de julio, Rusia anunció que se retiraba de él porque no se habían cumplido las exigencias que venía formulando para volver a prorrogarlo, incluyendo que se le permitiera exportar fertilizantes pese a las sanciones occidentales por haber invadido Ucrania.
El embajador adjunto ruso ante la ONU, Dmitry Polyanskiy, dijo este jueves que las sanciones occidentales están impactando las exportaciones de fertilizantes y alimentos de su país.
"Mientras no se eliminen los obstáculos ilegítimos creados artificialmente por Occidente que afectan a la capacidad de los operadores económicos rusos para suministrar productos agrícolas, difícilmente será posible restablecer el funcionamiento normal de las cadenas de suministro y abordar otros problemas de seguridad alimentaria mundial", declaró en el debate.
En medio de los temores a una posible escasez de alimentos tras la retirada rusa del acuerdo de granos ucranianos, el presidente Vladimir Putin prometió la semana pasada enviar cereales gratis a seis países africanos.
Ante esto, el jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, publicó hoy una columna de opinión en varios medios mudiales en la que advierte que Rusia podría estar intentando aumentar su influencia en países más necesitados a través del envío gratuito de alimentos.
Según Borrell, la UE, al contrario de lo que afirma Moscú, "se ha asegurado" de que las sanciones "no tengan un impacto en la seguridad alimentaria mundial".
"No existen sanciones sobre la exportación rusa de alimentos y fertilizantes a terceros países", señaló.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, rechazó las acusaciones.
"Este no es el caso, en absoluto. Rusia siempre ha sido y sigue siendo, pese a los problemas conocidos, un proveedor confiable", replicó Peskov en rueda de prensa, donde aseguró que su país "cumple con todas sus obligaciones".
Remarcó que Rusia podría satisfacer de mejor forma la demanda creciente de alimentos a nivel mundial "si no fuera por esas restricciones de sanciones ilegales desde el punto de vista del Derecho Internacional" aplicadas por la comunidad internacional desde el estallido de la guerra.
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