Estados Unidos autorizó a médicos de todo el país a usar el plasma de la sangre de pacientes que se recuperaron del coronavirus para tratar a aquellos en estado crítico, lo que supone para algunos expertos la mejor solución a la espera de una cura.
Estados Unidos autorizó a médicos de todo el país a usar el plasma de la sangre de pacientes que se recuperaron del coronavirus para tratar a aquellos en estado crítico, lo que supone para algunos expertos la mejor solución a la espera de una cura.
El nuevo tratamiento fue autorizado hoy por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA), que anuncio en su web que el método podrá usarse solo en pacientes que están en estado crítico y cuya vida corre peligro y, además los que lo administren tendrán que pedir autorización previa, informó la agencia EFE.
La decisión de la agencia es inusual, porque normalmente tarda meses en autorizar nuevos traratamientos y loo hace solo cuando comprueba que el método es seguro y efectivo.
La FDA admitió en su web que aunque es prometedor, el plasma no demostró ser efectivo en las enfermedades estudiadas.
El tratamiento surge de la idea de que, cuando una persona se enferma, el cuerpo genera anticuerpos que luchan contra la infección, de esta manera, cuando se recupera, los anticuerpos se quedan flotando en su sangre, especialmente en el plasma, que es la parte líquida de la sangre.
El tratamiento consiste en recolectar esos anticuerpos que quedan flotando en el plasma para inyectárselos a una persona enferma y ayudarlo a luchar contra el virus.
Con información de Telam