La Unión Europea (UE) alertó este viernes a China que un apoyo a Rusia "dañará gravemente la reputación" y le pidió "no interferir" en las sanciones occidentales por la invasión de Ucrania, mientras que el gigante asiático llamó al bloque a "hablar más" para "dotar de estabilidad a un mundo volátil".
"Pedimos a China que ayude a parar la guerra en Ucrania. China no puede mirar para otro lado ante esta violación de la ley internacional", afirmó el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en una conferencia de prensa al término de la reunión virtual con el primer ministro de China, Li Keqiang, y su presidente, Xi Jinping.
"Ello dañará gravemente la reputación de China, aquí en Europa", donde "las empresas miran cómo se posicionan los países", dijo por su parte la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen.
"Ningún ciudadano europeo comprendería un apoyo a Moscú, que reforzaría sus capacidades para proseguir su guerra" en Ucrania, agregó la dirigente alemana citada por la agencia de noticias AFP.
A su turno, el presidente chino afirmó que su país y la UE deben "fortalecer la comunicación y dotar de estabilidad al mundo dada la situación volátil en la que se encuentra".
El mandatario señaló durante su intervención que el mundo atraviesa "un momento complicado" tras concatenarse "la pandemia de la Covid-19, que todavía continúa extendiéndose, la cada vez más difícil recuperación económica global y ahora la crisis en Ucrania".
"Dadas las circunstancias, China y la UE, dos de las mayores fuerzas, civilizaciones y mercados del mundo, deben estrechar la comunicación, sobre todo en aquellos asuntos que conciernen a la paz y al desarrollo global", dijo Xi, citado por la agencia estatal de noticias Xinhua.
China y Europa deben "aportar ideas y jugar un papel constructivo, estabilizador, en este momento turbulento", según el mandatario.
El presidente chino también enfatizó que, pese a diversas dificultades, el año pasado las dos partes ascendieron a un nuevo grado de cooperación económica.
China mantuvo hasta el momento una postura ambigua sobre la guerra: defendió la integridad territorial de Ucrania, país al que envió ayuda humanitaria y con el que mantiene una cooperación económica, pero a su vez se opuso a las sanciones impuestas a Moscú y avaló las acusaciones del Kremlin sobre posibles amenazas biológicas en laboratorios controlados por Estados Unidos en territorio ucraniano.
En la ONU fue donde expuso de forma más clara su posicionamiento al abstenerse en las resoluciones que condenaron la invasión y exigieron una retirada militar.