Jueves 23.12.2021
/Última actualización 10:06
Este jueves se hizo oficial que la Comisión Europea tiene como objetivo que las compañías multinacionales paguen un tipo mínimo de impuesto de sociedades del 15%, en línea con lo establecido el pasado octubre en la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).
De aprobarse esta iniciativa, el bloque europeo se convertiría en la primera zona global en lograr implementar el acuerdo alcanzado en octubre pasado en el marco de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
El Comisionado de Economía de la Unión Europea (UE), Paolo Gentiloni, respaldó la iniciativa aludiendo que permite una competencia más justa, "adoptamos el impuesto mínimo global del 15% para las grandes corporaciones y presionamos a las empresas fantasmas. Menos competencia desleal, menos beneficios para quienes se trasladan, más difícil es el camino hacia los paraísos fiscales”, acotó.
Según se ha informado, la normativa aplicaría para todas las grandes empresas que tengan una matriz filial o sucursal en la UE, nacional o internacional, con un volumen anual de finanzas de más de 750 millones de euros (cerca de 847 millones de dólares).
Asimismo, la normativa aplicaría también para aquellas entidades cuya empresa matriz radique fuera de la UE, en una nación o bloque con menor imposición fiscal.
Sin embargo, la propuesta también incluye algunas excepciones como el cinco por ciento de la masa salarial y el mismo porcentaje del valor de los activos tangibles, lo que aplicaría, según explicó la Comisión Europea, en caso de que alguna empresa esté por debajo de ciertos parámetros.
Medios locales señalaron igualmente que, según palabras de los promotores de la propuesta, uno de los principales propósitos de la misma es impedir el uso de empresas pantalla o fantasmas por parte de entidades o personas con fines fiscales ilícitos.
La Comisión Europea ha informado que confía en que para el primer semestre del 2022 se esté concretando la firma de la legislación sin que exista oposición de alguno de los Estados que forman parte del bloque.