Jóvenes embarazadas con COVID-19, cuyos cuadros clínicos tienden a agravarse en cuestión de días: este es el nuevo común denominador que pone en alerta por estas horas a los ginecólogos uruguayos. De hecho, los médicos, que aún están consternados por las recientes muertes de dos embarazadas de 27 y 32 años, han detectado de unos meses a esta parte un aumento de este tipo de casos.
Según informaron distintas fuentes de la salud, el viernes al mediodía había al menos cinco embarazadas o parturientas -en algunos casos ya dieron a luz-, que debieron ser internadas en CTI tras presentar cuadros graves de la enfermedad. Hay casos en los hospitales de Tacuarembó, Rivera, Paysandú, y también en el Hospital de Clínicas.
Una joven de 33 años, oriunda del pueblo Quintana, de Salto, tuvo que ser ingresada de urgencia este martes en terapia intensiva del Hospital de Tacuarembó por un “complejo cuadro respiratorio”. El cuerpo de médicos del centro de salud resolvió realizarle una cesárea de urgencia el miércoles. “Ingresó muy mal, con mucha dificultad respiratoria, por lo cual tuvimos que llevarla a cuidados moderados”, cuenta Álvaro Alarcón, el ginecólogo que la atendió.
El esposo de la mujer asegura que no sabe cómo se contagió de COVID-19, pero que el lunes notó que “le faltaba el aire”. Fue en ese preciso momento que supo que “algo no estaba bien”. Por eso ni dudó en hacer los 80 kilómetros por Ruta 31 hasta Tacuarembó. Pero no fue hasta el miércoles que los médicos decidieron que debía nacer su hija, una beba de 27 semanas y seis días que hoy se encuentra estable en el CTI pediátrico. “Discutimos hasta qué punto podría ser beneficioso poder extraer el feto. En vista de eso, de que la paciente empezó a desmejorar muchísimo y empezó a necesitar más oxígeno, comenzamos a discutir el caso”, apunta el médico.
Tenés que leerUruguay superó los 3.000 muertos por coronavirusHoy, visiblemente emocionado, Alarcón asegura que lo que hicieron él y todo el equipo fue lo que había que hacer. “Me siento en parte satisfecho porque hicimos entre todos un buen trabajo. Fue una buena elección. A pesar de estar en un estado crítico, ha presentado mejorías y la bebé está bien”, dice el ginecólogo. Desde la dirección del hospital señalaron que están muy conformes con el trabajo realizado, así como con la familia de la paciente que depositó toda la confianza en el equipo de salud.
Prioridad en la vacunación
Recién este miércoles fue que el Ministerio de Salud Pública (MSP) anunció que dará “prioridad” a las más de 26.900 embarazadas en la vacunación contra el COVID-19. Lo anunció el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, tras la recomendación de la comisión asesora de vacunas.
Claudio Sosa, presidente de la Sociedad Uruguaya de Ginecotocología e integrante del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH), señaló ayer a El País que “es deseable que (las embarazadas) lleguen al tercer trimestre” vacunadas. Si bien la poca evidencia que hay solo es con las dosis de Pfizer, hoy “no hay ningún elemento para decir que la vacuna ponga en riesgo y aparentemente los beneficios son importantes”. De todas maneras, para el ginecólogo “lo que está demostrado por lo menos hasta ahora es que las embarazadas no tienen mayor probabilidad de infectarse con respecto al resto de la población. No son un grupo vulnerable que tenga más riesgo de transmisión”.
Para el profesor titular de la Clínica Ginecotocológica A de la Facultad de Medicina de la Udelar, Leonel Briozzo, las reglas generales de que “si las personas se vacunan tienen menor riesgo de infectarse” se aplica también a las embarazadas. Lo que sí llama la atención al exsubsecretario de Salud Pública es “por qué están siendo tan sensibles a la infección (las embarazadas) en este momento”. El médico señaló al respecto: “Durante todo 2020 el embarazo no era un problema mayor. Este es un problema que surge a principio de 2021”, subrayó. Briozzo no descarta que pueda estar asociado al ingreso al país de la variante brasileña P1 o al aumento de la carga viral en pacientes jóvenes.
De lo que sí está definitivamente seguro es que en lo que va del año el coronavirus viene siendo la principal causa de muerte de las embarazadas, algo que quedó de manifiesto con los dos recientes fallecimientos. “Empezamos mayo con dos muertes maternas y al menos cuatro pacientes internadas. Tenemos que poner fuerza en anticipar lo que puede ser un problema en la salud muy grave”, concluyó.
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Todavía no está claro para los médicos y científicos qué vacuna administrar a las embarazadas. El tema estuvo planteado en la reunión de la comisión ad hoc de vacunas este miércoles y parece haber coincidencia de que tanto Sinovac como Pfizer podrían resultar efectivas en las futuras mamás. Sin embargo, en lo que también hay coincidencia es en que al momento hay más evidencia de la vacuna norteamericana que de la china.
Briozzo señaló que “cualquiera (de ellas) es muchísimo más segura que no dárselas; entonces, hay que disponer de cualquiera”. Coincidió con Sosa en que con las dosis de Sinovac “hay menos estudios, pero la plataforma que tiene de elaboración con virus atenuado es muy conocida”. El MSP informó la semana pasada que “la vacunación inadvertida en una mujer embarazada no debe generar ansiedad ni condicionamientos médicos dado que la evidencia existente no ha demostrado ningún efecto adverso”.