Rusia informó este jueves 808 muertos por coronavirus en las últimas 24 horas, lo que constituye un récord desde que empezó la pandemia agravada en el país por la presencia de la variante Delta y la lenta campaña de vacunación.
El país, donde la epidemia recobró fuerza desde principios de verano, registró además 21.932 nuevos contagios, según el balance diario publicado por el centro de crisis del Gobierno ruso
Rusia informó este jueves 808 muertos por coronavirus en las últimas 24 horas, lo que constituye un récord desde que empezó la pandemia agravada en el país por la presencia de la variante Delta y la lenta campaña de vacunación.
El país, donde la epidemia recobró fuerza desde principios de verano, registró además 21.932 nuevos contagios, según el balance diario publicado por el centro de crisis del Gobierno ruso, citado por la agencia de noticias AFP.
Desde el inicio de la pandemia, el Gobierno contabilizó 168.049 muertos por Covid-19.
Esta cifra es, sin embargo, parcial, ya que solo toma en cuenta a los fallecidos a los que se les ha practicado una autopsia que determinó que el coronavirus es la causa principal de su deceso.
La agencia rusa de estadísticas Rosstat calculó que los muertos por la pandemia superaban los 300.000 a fines de junio.
La ola de la Covid-19 provocada en Rusia por la variante Delta del virus provocó 21.000 muertes en junio, según Rosstat, pero no por ello los rusos se están inmunizando más.
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La población sigue mostrando una gran desconfianza ante las vacunas, por lo que las autoridades están trabajando para impulsar su aceptación, que se mantiene más baja en Rusia que en muchos países occidentales.
El viernes pasado, unos 39 millones de rusos, o el 26,7% de la población de 146 millones, habían recibido al menos una dosis, mientras más de 30 millones, o el 20%, están completamente vacunados, mientras ninguna de las vacunas homologadas en los países occidentales recibió aprobación en Rusia.
Pese a la complicada situación, las restricciones se levantaron, sobre todo en Moscú, epicentro de la pandemia, por razones económicas.
Una especie de pasaporte sanitario entró en vigor en julio y era indispensable para ir a restaurantes de la capital, pero fue rápidamente eliminado.
La mascarilla de protección es teóricamente obligatoria en lugares cerrados, como los transportes, pero muchas personas no la utilizan.
Con información de Télam