Este domingo, los venezolanos van a votar en unas elecciones que, por primera vez, despiertan expectativas de cambio después de 25 años de chavismo en el país. La oposición se unió detrás de un único líder y se ilusiona a partir de varias encuestas.
El actual presidente y el candidato opositor son los principales contendientes de los comicios de este domingo.
Este domingo, los venezolanos van a votar en unas elecciones que, por primera vez, despiertan expectativas de cambio después de 25 años de chavismo en el país. La oposición se unió detrás de un único líder y se ilusiona a partir de varias encuestas.
Nicolás Maduro ocupa la presidencia de Venezuela desde el 8 de marzo de 2013. Asumió tras la muerte del entonces presidente Hugo Chávez, quien lo respaldó en su último discurso público. “Mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela”, dijo Chávez antes de viajar a La Habana, Cuba, para operarse por cuarta vez del cáncer que lo afectaba.
En 2018, Maduro renovó su mandato por seis años, en unas elecciones denunciadas por los líderes de la oposición y la comunidad internacional. La participación electoral, según crónicas de aquel momento, había caído al 46%, muy por debajo del 80% registrado en las últimas elecciones.
En 2019 y 2022, el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos publicó informes críticos con la gestión de Maduro, donde denunciaron crímenes de lesa humanidad para reprimir a la disidencia. “Los organismos de inteligencia del Estado de Venezuela, tanto civiles como militares, funcionan como estructuras bien coordinadas y eficaces para la ejecución de un plan, orquestado desde los niveles más altos del gobierno, para reprimir la disidencia mediante la comisión de crímenes de lesa humanidad”, denuncia el último informe de la ONU.
Este año, pese a la crisis económica y la escasa legitimidad política, Maduro aspira a lograr un tercer mandato de seis años, hasta 2031. De esa manera, sumaría 18 años en el poder y se convertiría en el presidente con el periodo más largo en la historia reciente de Venezuela, superando el mandato de Hugo Chávez, quien estuvo en el poder durante 14 años.
Edmundo González, el candidato de la oposición y principal contendiente de Maduro, apareció en el escenario político después de que se inhabilitó la candidatura de María Corina Machado, una fuerte opositora del gobierno chavista. El empresario y antiguo diplomático que responde a Machado propone fuertes reformas económicas, combatir la corrupción y reconstruir las instituciones democráticas.
El próximo domingo, los venezolanos van a votar en unas elecciones que, por primera vez, despiertan expectativas de cambio después de 25 años de chavismo en el país. La oposición se unió detrás de un único líder y la mayoría de las encuestas proyectan un triunfo.
Sin embargo, las dudas sobre si el chavismo aceptaría una derrota mantienen la alerta. Incluso, algunos líderes regionales, como los presidentes de Brasil y Chile, Lula da Silva y Gabriel Boric, y el expresidente argentino Alberto Fernández, comenzaron a tomar distancia de Maduro en relación con este aspecto.
Lula se refirió al discurso de campaña de Maduro, donde afirmó que habría “un baño de sangre” en el país si la oposición ganaba las elecciones. “Maduro sabe que la única posibilidad de que Venezuela vuelva a la normalidad es que haya un proceso electoral respetado por todos”, dijo al periodismo en la residencia presidencial de Brasilia. “Él tiene que respetar el proceso democrático”, agregó.
Su par chileno, Boric, dijo en el mismo sentido: “No se puede amenazar con baños de sangre, sino que lo que reciben los mandatarios y los candidatos son baños de votos en representación de la ciudadanía”.
A horas de la votación, varios medios de comunicación difundieron que el expresidente argentino Alberto Fernández y el Tribunal Electoral Federal de Brasil no formarán parte del equipo que se va a desempeñar como observador en las elecciones del domingo. Tampoco el ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Luis Gilberto Murillo, viajará a Venezuela.
El traspaso de gobierno entre el presidente saliente y su sucesor es, en la mayoría de los casos, una mera formalidad institucional, pero en las condiciones que atraviesa Venezuela, se vuelve una incógnita que será resuelta en pocas horas, cuando se cierren los comicios.
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