Venezuela permanece este martes en vilo, luego de que un grupo de militares iniciara un alzamiento destinado a desalojar del gobierno al presidente Nicolás Maduro, las autoridades chavistas aseguraban que controlaban la situación.
Desde la madrugada un grupo de militares inició un alzamiento en el que liberaron al dirigente opositor Leopoldo López. Se registraron enfrentamientos entre policías.
Venezuela permanece este martes en vilo, luego de que un grupo de militares iniciara un alzamiento destinado a desalojar del gobierno al presidente Nicolás Maduro, las autoridades chavistas aseguraban que controlaban la situación.
Los hechos comenzaron este martes a la madrugada, cuando militares liberaron al dirigente opositor Leopoldo López, quien cumplía prisión en su domicilio, y lo llevaron a las inmediaciones de la base aérea militar La Carlota, en el este de Caracas.
"Este es el momento", dijo entonces López, líder del partido Voluntad Popular (VP) al que también pertenece el presidente interino designado por el parlamento, Juan Guaidó, quien decretó el indulto de su jefe político.
Guaidó y López se encontraron en los alrededores de La Carlota junto a otros dirigentes antichavistas, luciendo los brazaletes azules con que se identificaron los militares alzados.
Allí, el presidente encargado afirmó que las fuerzas armadas habían "tomado la decisión correcta" y llamó a la población a salir "juntos a la calle a respaldar a las fuerzas democráticas".
Sin embargo, los alzados no llegaron a controlar La Carlota, según confirmaron a Télam fuentes políticas, y cientos de simpatizantes antichavistas se concentraron en los alrededores, donde se escucharon detonaciones y se produjeron disturbios cuando los manifestantes intentaron ingresar a la base.
Guaidó se trasladó poco después a la cercana plaza Francia, del barrio Altamira, donde pronunció un discurso en el que llamó a los militares para que se sumaran allí mismo a la sublevación.
Mientras tanto, Maduro solo emitió un mensaje en Twitter, en el que afirmó que había conversado con los comandantes militares de todo el país, quienes le garantizaron su "total lealtad", y llamó a "la máxima movilización popular para asegurar la victoria de la paz".
El ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, aseguró por televisión que la situación estaba "controlada" y que 80% de los sublevados en La Carlota habían depuesto su actitud y regresado a sus unidades, donde se habían puesto "al mando de sus comandantes".
Los hechos eran seguidos con avidez en todo el mundo, pero buena parte de la información que fluía no era posible de confirmar o carecía de veracidad.
En ese contexto, la ONG Netbloks denunció que la telefónica estatal Cantv había bloqueado el acceso de los venezolanos a las redes sociales.
Paralelamente, buena parte de la comunidad internacional se pronunció sobre los hechos en curso. Países como la Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Estados Unidos y Paraguay, en respaldo a los alzados; España y Uruguay, con distancia y sin manifestarse a favor de ninguna de las dos partes, y Bolivia y Turquía, en apoyo al chavismo.
Duarnte la tarde, Guaidó y López permanecían entre la zona de Altamira y la cercana Chacaíto, donde se habían concentrado miles de simpatizantes, mientras aguardaban la evolución de los acontecimientos y barajaban la posibilidad de encabezar una marcha hacia el palacio presidencial de Miraflores, según fuentes políticas.
En tanto, en zonas aisladas de Caracas se registraban enfrentamientos entre policías que disparaban gases lacrimógenos y civiles que los hacían retroceder a pedradas, según mostraron varios canales de televisión.
A través de ellos se observaron imágenes de un vehículo blindado de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militar) atropellando a un grupo de manifestantes.
Con información de Télam