Un hecho internacional produjo indignación en las redes sociales las últimas horas, cuando se informó que más de 1.400 delfines fueron asesinados el pasado domingo frente a la costa de las Islas Feroe, en el contexto de la centenaria caza tradicional del Grindadrap.
Al respecto, se informó que todos los delfines murieron en el mismo día y que la tradición es sacrificar varios centenares de ballenas piloto por su carne y grasa.
Por su parte, la ONG Sea Shepherd Conservation Society (SPC), con sede en EEUU, denunció que la matanza de estos 1.428 delfines de flancos blancos del Atlántico supone, hasta el momento, la mayor cacería de cetáceos jamás registrada en el mundo.
Imágenes sensibles
La tradición
En la tradición, los delfines son conducidos hacia tierra por lanchas motoras, para después ser asesinados por los balleneros en la orilla.
Al respecto, la mencionada ONG y activistas medioambientalistas denuncian que la carne obtenida en la caza es excesiva y, además, que el método de caza es muy cruel.
Por su parte, los habitantes de las Islas Feroe mantienen que esta tradición debe preservarse, debido a que estos cetáceos suponen una "parte clave" de su dieta. Para los feroeses, las cacerías son una "diversión vikinga tradicional", y existen desde al menos el año 1584.