El potente huracán Ida, de categoría 4 y con vientos de hasta 240 kilómetros por hora, tocó tierra este domingo en Luisiana, exactamente 16 años después de que Katrina devastara esa región del sur de Estados Unidos.
La llegada del potente fenómeno se da exactamente 16 años después de que Katrina devastara esa región del sur de Estados Unidos.
El potente huracán Ida, de categoría 4 y con vientos de hasta 240 kilómetros por hora, tocó tierra este domingo en Luisiana, exactamente 16 años después de que Katrina devastara esa región del sur de Estados Unidos.
"Encuentre el ambiente más seguro de su casa y quédese ahí hasta que la tempestad haya pasado", tuiteó el gobernador del estado, John Bel Edwards.
Lluvias y vientos fuertes ya se sentían desde la mañana en las desiertas calles de Nueva Orleans, en una ciudad llena de ventanas tapiadas y casas rodeadas de bolsas de arena a la espera de este huracán que fue catalogado como "extremadamente peligroso".
El gobernador dijo que Ida -que sumó fuerza al acercarse a tierra firme por las cálidas aguas del Golfo- sería una de las mayores tormentas en golpear Luisiana desde la década de 1850. Este domingo, algunas zonas de la localidad de Grand Isle, en una isla barrera ubicada al sur de Nueva Orleans, ya comenzaban a inundarse por el aumento del nivel de las aguas.
En medio de advertencias urgentes sobre posibles daños catastróficos, la mayoría de los residentes siguieron las recomendaciones de las autoridades de abandonar la zona. Y un récord de personas saturaron las carreteras de salida de Nueva Orleans en los días previos a la llegada de Ida.
El huracán ya dejaba sentir sus efectos tierra adentro, con más de 120.000 clientes que estaban sin electricidad, según el sitio poweroutage.us. Y el nivel del mar ya estaba más de un metro y medio por encima de su nivel habitual en varios lugares, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC).
En un vecindario del este de Nueva Orleans, a primera hora de este domigno, algunos residentes realizaban ajustes de último minuto para prepararse. "No estoy seguro de estar preparado", dijo Charles Fields, quien en ese momento aún llevaba para el interior de su casa sus muebles de jardín.
El gobernador Edwards advirtió que Ida será "una importante prueba" para el sistema de prevención de inundaciones del estado. Y explicó que se estima que fueron evacuados cientos de miles de residentes. La tormenta "trae varias dificultades desafiantes para nosotros, con los hospitales tan llenos de pacientes de Covid", agregó.
El estado sureño, con una baja tasa de vacunación, estuvo entre los más golpeados por la pandemia y, con 2.700, según datos del sábado, las hospitalizaciones están cerca de los niveles más altos de la pandemia.
Este domingo se cumple, además, el decimosexto aniversario de Katrina, el devastador huracán que inundó el 80% de Nueva Orleans, dejando 1.800 muertos y miles de millones de dólares en daños. "Es muy doloroso pensar en otra tormenta poderosa con el huracán Ida tocando tierra en ese aniversario", había dicho previamente Edwards.
Lluvias de entre 25 y 46 cm son esperadas en el sur de Luisiana hasta el lunes, e incluso de un poco más en algunas zonas.
La Casa Blanca afirmó este domingo que agencias federales desplegaron más de 2.000 trabajadores de emergencia en la región -incluidos 13 equipos urbanos de búsqueda y rescate- junto a suministros de comida y agua, así como generadores eléctricos. Autoridades locales, la Cruz Roja y otras organizaciones han preparado docenas de refugios para al menos 16.000 personas, añadió la Casa Blanca.
Los planes para hacer frente al huracán y para activar los refugios se vieron complicados por la Covid-19. El presidente Joe Biden, quien declaró el estado de emergencia en Luisiana, urgió ayer a que cualquier persona que esté en los refugios porte mascarillas y mantenga la distancia de seguridad.
Ida había tocado tierra el viernes por la noche en el oeste de Cuba con categoría 1, dejando algunos daños materiales y cortes de energía, según el diario Granma. Los científicos advirtieron sobre un aumento en la cantidad de ciclones fuertes a medida que la superficie del océano se calienta debido al cambio climático, lo que representa una amenaza cada vez mayor para las comunidades costeras del mundo.