Corrida de parte de la agenda internacional y en segundo plano dentro de la prioridades de Estados Unidos, la invasión de Rusia a Ucrania sufrió una nueva escalada de violencia en las últimas semanas.
Rusia lanzó 500 misiles balísticos durante la última semana. El ataque más brutal fue el de este martes sobre la capital ucraniana y Jarkov.
Corrida de parte de la agenda internacional y en segundo plano dentro de la prioridades de Estados Unidos, la invasión de Rusia a Ucrania sufrió una nueva escalada de violencia en las últimas semanas.
A poco de cumplirse dos años del inicio de este conflicto con avances desde el oeste por parte de los rusos, los ciudadanos ucranianos siguen padeciendo las inclemencias de la guerra.
Según su presidente Volodimir Zelensky, en la última semana se registraron unos 500 lanzamientos de misiles balísticos y drones a Ucrania por parte del Kremlin. La jornada más cruenta fue la de este martes a primera hora, con ataques puntuales a la capital Kiev y la ciudad de Jarkov.
El bombardeo en cuestión provocó cinco muertos y casi un centenar de heridos. Un proyectil de la Fuerza Aeroespacial de Rusia impactó incluso sobre la provincia de Voronezh, fronteriza con Ucrania, sin provocar víctimas. El operativo fue en respuesta al bombardeo de la ciudad rusa de Belgorod que el sábado 30 dejó 25 muertos y 109 heridos.
Alina Rohach, residente en la capital ucraniana, relató a El Litoral el drama de la guerra desde las zonas urbanas y cómo el paso del tiempo afecta a las emociones y reacciones humanas.
“Uno de los serios problemas es que después de casi dos años de guerra a gran escala, el cerebro humano empieza a adaptarse y el sistema de ‘respuesta rápida’ del cerebro va cediendo poco a poco. Durante este tiempo la gente ya se ha dado cuenta de que no todas las alarmas significan una explosión. Al parecer, los rusos también cuentan con esto”, relata Alina sobre una problemática presente ante la extensión del conflicto.
“Es difícil imaginar a la gente bajando y saliendo de los refugios siete veces al día, o en plena noche. Sobre todo si vives en los pisos superiores. La gente se está adaptando e intenta seguir la situación a través de canales de monitoreo que informan sobre el posible peligro de un impacto. Pero nunca se sabe cuándo puede llegar un misil ruso a tu casa... por eso se insta constantemente a los ucranianos a no ignorar las alertas de ataque aéreo y a bajar siempre en un refugio”, agrega la analista política local.
Respecto a la respuesta de la actividad civil en medio de los ataques, Rohach comenta: “cuando suena la alarma antiaérea, se cierran todas las instituciones públicas, centros comerciales, cafeterías y restaurantes, escuelas, guarderías, se detiene el transporte público terrestre y se insta a todos a ir a un refugio hasta que termine el ataque aéreo”.
La diferencia de lo ocurrido este martes en relación a los lanzamiento previos recae en el uso de misiles balísticos, los cuáles logran eludir con mayor facilidad los sistemas de defensa antiaérea y las alarmas no llegan a activarse. Esto provoca que los ciudadanos no logren alcanzar los refugios y sólo puedan esconderse en sus viviendas.
Otro aspecto que se le consultó a Alina sobre la actual escalada del conflicto, con ataques más fuertes por parte de ambos bandos. “Eramos conscientes de que una pausa tan larga en los ataques masivos con misiles contra nuestro país podía deberse al hecho de que el enemigo quería acumular el arsenal adecuado de misiles necesarios para los ataques a gran escala, ya que antes habían estado atacando principalmente UAV del tipo Shahed durante mucho tiempo. Y el hecho de que los rusos utilizaran el X-101, fabricado en el cuarto trimestre de 2023, lo demuestra en general”, indica en primera lugar la ucraniana.
“Pero a pesar de que los sistemas de defensa antiaérea proporcionados por nuestros socios (Reino Unido a la cabeza) están ayudando a derribar con éxito objetivos enemigos, no hay razón para creer que el enemigo se detendrá ahí. Por lo tanto, esperamos posibles ataques en el futuro”, aclara Alina, quien no deja de resaltar la zona más afectada: “No debemos olvidarnos de las ciudades de primera línea que están constantemente en peligro y son objeto de nuevos bombardeos y ataques cada día”.
La comunicación es clave en cualquier contexto y en estas situaciones aún más. Sin embargo, episodios como los vividos recientemente suelen provocar cortes del suministro de energía o interrupción satelital.
“La situación se complica mucho porque no puedes llamar a tus familiares o amigos, ver las noticias”, indica Alina sobre la constante tensión en la que se vive en Ucrania ya que “nunca se sabe cuándo un misil ruso puede impactar en tu casa”.
Su hogar no se vio afectado por los ataques, pero por un par de horas no logró comunicarse con sus padres radicados en el pueblo de Moshchun, en la región de Kiev. “Como consecuencia de los daños en las líneas eléctricas, se quedaron sin electricidad y sin comunicación móvil durante un rato y no pudimos contactar entre nosotros, pero todo se ha estabilizado y volvemos a estar en contacto”, agregó.
Los ciudadanos ucranianos cuentan con herramientas al alcance de la mano para mantenerse alerta e informados sobre eventuales ataques aéreos.
Existen dos aplicaciones que cumplen funciones similares y sirven de apoyo a las ya mencionadas alarmas: Kyiv Digital y Alerta Aérea.
En base a la experiencia de Alina, la primera de ellas es más completa ya que contiene varios servicios digitales de la capital: transporte público, boletas de servicios públicos, estacionamiento y la notificación de alertas aéreas en la ciudad. La segunda se limita únicamente a las alarmas.
“No oí la alarma fuera de la ventana, pero había un teléfono con una aplicación de alerta de ataque aéreo cerca que me despertó. Durante la segunda alarma, cuando leí que habían lanzado misiles, me fui rápidamente al pasillo y me quedé allí durante el bombardeo”,
Remarcó además la importancia de que, incluso en situaciones así, el país esté preparado y el teléfono reciba una notificación de alerta de ataque aéreo.