Vladimir Putin asumió este martes como presidente de la Federación Rusa por sexta vez, que al cabo del final de este mandato, sumarían un total de 26 años en el cargo.
El mandatario encamina una nueva gestión para llegar a los 26 años en el cargo.
Vladimir Putin asumió este martes como presidente de la Federación Rusa por sexta vez, que al cabo del final de este mandato, sumarían un total de 26 años en el cargo.
La ceremonia de toma de posesión se realizó en la Sala Andréyevski del Gran Palacio del Kremlin a las 12 (hora argentina) y contó con una serie de actos protocolares previos al discurso oficial.
Putin, de 71 años de edad, llegó en un Aurus Senat, un auto nacional al estilo Rolls Royce a prueba de misiles.
El sexto mandato, que sólo fue interrumpido por la gestión de Dmitri Medvédev (con el propio Vladimir como vice y verdadera autoridad), inicia en uno de los contextos más delicados de la relación de Rusia con el mundo Occidental.
La guerra en Ucrania que se encuentra a pasos de comenzar una nueva etapa, su relación con las disputas en Medio Oriente, el financiamiento militar de Corea del Norte o el apoyo a revueltas en Yemen y África subsahariana son sólo algunos de los infinitos frentes que de forma directa o indirecta involucran a Moscú.
Dicho panorama no evitó que unas siete naciones de la Unión Europea, incluída Francia, enviaran sus embajadores a la asunción del presidente electo en unos comicios para nada transparentes.
Putin, que nuevamente se presentó partidariamente como “independiente”, intentó reforzar los aspectos nacionalistas de Rusia en su primera hora de discurso oficial de la nueva gestión.
El autoritario dirigente apeló a la tradición rusa: “Estoy seguro de que el apoyo a los valores y tradiciones familiares centenarias seguirá uniendo a las asociaciones públicas y religiosas, a los partidos políticos y a todos los niveles del Gobierno".
Tras haber ganado con un cuestionable 87,28% de los votos, agradeció a sus ciudadanos de “todas las regiones de Rusia”, en las cuáles incluyó dentro del proceso electoral a las anexadas Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón.
Su pueblo también fue un eje. Putin aseguró que el éxito a futuro lo decidirán "por sí mismo y solo por sí mismo, por el bien de las generaciones actuales y futuras", a pesar de que las plataformas electorales de los otros tres candidatos en las elecciones poseían profundas similitudes.
Aseguró además que tomar este rumbo es determinante en un contexto de importantes retos.
Respecto a esos “retos”, giró la segunda parte de su discurso, posiblemente el de mayor interés exterior. En un modelo pasivo-agresivo que caracterizó los discursos previos a la invasión de Ucrania hace dos años, dejó abierto el diálogo con Estados Unidos.
“Dialogar sobre seguridad y estabilidad estratégica es posible, pero no desde una posición de fuerza", indicó sobre la conversación con Washington y agregó: "La elección es suya: si pretenden seguir intentando frenar el desarrollo de Rusia, continuar con su política de agresión, de presión incesante sobre nuestro país durante años, o buscar un camino hacia la cooperación y la paz".
El futuro estadounidense a partir de noviembre de este año también influirá en la postura desde el Kremlin. Donald Trump encabeza la carrera presidencial según encuestas de abril provenientes de CNN realizada por SSRS. El candidato republicano rechaza la idea de continuar financiando a Ucrania e incluso deslizó la posibilidad de salir de la OTAN.
En lo que concierne a Putin, su discurso finalizó con una frase que se aferra al contexto de guerra: "Somos una gran nación unida y juntos superaremos todos los obstáculos, realizaremos todo lo que hemos planeado, juntos venceremos".