Mientras el duque de Sussex insiste en reivindicar la figura de su madre como “rebelde”, el duque de Cambridge recuerda que Diana no dejo de trabajar en representación de la corona ni siquiera después de la separación.
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La polémica entrevista que los duques de Sussex concedieron a Oprah Winfrey el pasado 8 de marzo ha reabierto las trincheras de la guerra mediática que enfrentó a los padres del príncipe Harry en los años noventa: la del príncipe Carlos, “atrapado” según Harry por la vida en palacio, y la de la princesa Diana, con quien el duque de Sussex comparó a su mujer, Meghan Markle, como víctima tanto de los tabloides como de la desprotección de Buckingham.
Menos de una semana después, queda claro que el príncipe Guillermo y Kate Middleton no están conformes con el bando que se les adjudicó en el programa. Los duques de Cambridge han comenzado a pelear por el control de su imagen pública, una batalla que se hizo evidente cuando, el pasado domingo, compartieron las tarjetas confeccionadas que sus hijos habían confeccionado este año con motivo del Día de la Madre.
En las tarjetas, el príncipe George y la princesa Charlotte felicitaban a su “abuelita” Diana y escribían que su padre la echa mucho de menos. Un gesto que, si bien el palacio de Kensington aseguró que los niños tienen todos los años, parecía responder al despliegue de guiños y homenajes con que el príncipe Harry y Meghan Markle habían recordado la figura de la princesa una semana antes.
“Creo que Guillermo trataba de decir: yo también soy hijo de Diana”, apunta hoy en el diario The Telegraph la periodista Penny Junor, biógrafa tanto del príncipe Guillermo como del príncipe Harry.
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Identificado por este último con el príncipe Carlos al decirle a Oprah Winfrey que también él está “atrapado” y no puede “escapar” de la casa real británica, el duque de Cambridge parece negarse a que su hermano se adueñe de la figura y legado de su madre, a quien también él tiene muy presente en su trabajo cuando habla abiertamente de sus sentimientos o lucha contra el estigma de las enfermedades mentales.
Según el análisis de The Telegraph, mientras que el príncipe Harry compara a Meghan con su madre para justificar su marcha a California, el príncipe Guillermo “siempre ha discrepado con la reputación de ‘princesa rebelde’ de su madre”, pues Diana “era el epítome del servicio público y se pasó 16 años representando a la reina y a su país a pesar de su agitación interna”. Las felicitaciones de sus hijos a Diana indicarían por tanto que el duque de Cambridge considera que puede reivindicar la memoria de su madre desde dentro de palacio y que en consecuencia rechaza que Harry y Meghan la conviertan en un arma en su guerra con Buckingham.
Así pareció entenderlo también el propio duque de Sussex, quien poco después de que el palacio de Kensington compartiera las tarjetas, informó a través de un portavoz de que ese mismo día había hecho llegar unas flores a la tumba de Diana. “Los hermanos están peleando por el legado de su madre”, concluye Camille Tominey, la experta en realeza autora del referido artículo de The Telegraph.
También Kate Middleton se ha apresurado a evitar que su cuñada le coma la tostada.
Para ello, este sábado la duquesa de Cambridge se sumó de motu propio a la vigilia “ilegal” por Sarah Everard, asesinada cuando volvía a su casa de Londres. Según comunicó luego el palacio de Kensington, Kate Middleton quiso rendir a Everard un homenaje llevándole un ramo de narcisos porque “se acuerda de lo que era caminar de noche por Londres antes de estar casada”. Un gesto aparentemente espontáneo que, sin embargo, ha sido interpretado también como una táctica para mejorar su imagen.
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Poco dada a saltarse el protocolo y a realizar apariciones de este tipo, la participación de la duquesa de Cambridge en una vigilia prohibida por la policía de Londres recuerda a las visitas que Meghan Markle realizó en secreto en 2018 a las víctimas del incendio de la Grenfell Tower de Londres. Por aquel entonces, tabloides británicos como The Sun compararon la solidaridad y espontaneidad de la duquesa de Sussex con las demostradas por la princesa Diana cuando abandonaba el palacio de Kensington en mitad de la noche para dar abrigo a las personas sin hogar, una jugada que ahora habría querido repetir Kate Middleton.
"Guillermo y Kate son conscientes del tirón que han tenido los duques de Sussex y están tratando de emularles", concluye Camille Tominey su análisis en el diario The Telegraph.